la puebla de almoradiel
Se enfrenta a 25 años de cárcel por matar a su expareja con un cuchillo delante de su hija de 13 años: «Fue un arrebato»
tribunales
La defensa solicita 7 años y seis meses de cárcel por un delito de homicidio, con las atenuantes de arrebato y confesión. La Fiscalía y la acusación particular piden un cuarto de siglo por asesinato con alevosía y ensañamiento
El juicio, con jurado popular, está señalado en la Audiencia Provincial de Toledo para cuatro sesiones, del 7 al 10 de noviembre
Toledo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión«Busca tu media naranja que te ame, no media cebolla que te haga llorar, ni medio limón que te amargue la vida». Es el mensaje que Dumitru Daniel Mateescu compartió el 17 de enero de 2020 en su página de Facebook. Cuatro días después, ... la noche del martes 21, mató a su expareja, Liliana Mateescu, en la cocina del domicilio familiar. Aunque estaban divorciados legalmente desde 2011, con ella convivía desde hacía un tiempo en el domicilio familiar, en La Puebla de Almoradiel (Toledo), junto con sus dos hijos, de 13 y 11 años por entonces, y la abuela paterna, Alexandra. Una herida con un cuchillo alcanzó el corazón de Liliana, que murió inmediatamente.
Las tesis sobre los hechos y sus antecedentes difieren según las partes. La Fiscalía y la acusación particular, ejercida por la abogada Gema Villanueva, pide 25 años de prisión por un delito de asesinato con alevosía y ensañamiento en el ámbito de la violencia de género, además de otras agravantes. Sin embargo, la defensa solicita siete años y seis meses de cárcel por un delito de homicidio, con las atenuantes de arrebato y confesión.
Entre el 7 y el 10 de noviembre, en la Audiencia Provincial de Toledo, un jurado popular juzgará los hechos, que ocurrieron en una casa blanca de dos plantas, situada en el número 12 de la calle Viriato, entre las diez y la medianoche. La hija, testigo del homicidio, declarará en la segunda sesión.
El inmueble figuraba a nombre de Liliana, según la defensa, aunque ella llevaba varios años trabajando en otras comunidades autónomas, con visitas a La Puebla de Almoradiel para ver a sus hijos.
Dumitru había sido condenado en abril de 2019 a nueve meses de prisión, suspendida durante por dos años, por un delito de amenazas en el ámbito de la violencia familiar. Sin embargo, volvieron a convivir en la casa familiar, donde Liliana aprovechaba «cualquier cosa para discutir con él, insultarle y menospreciarle», según la defensa del procesado. «Ni durante el matrimonio ni en las escasas visitas de doña Liliana a sus hijos, tuvo lugar ningún altercado» entre la pareja -añade su defensa-, y tampoco se había presentado «ninguna denuncia por malos tratos ni por otro motivo».
La noche de autos, se inició una discusión porque Liliana le había dicho que se fuera de la casa con su madre, según las acusaciones. «Que se tenía que ir al día siguiente y que le diera las llaves», según la defensa de Dimitru, que «no tenía dónde irse y le pidió que le dejara unos días más (...), pero ella se mostró inflexible».
En un momento determinado, Dimitru cogió un cuchillo de la cocina y se lo clavó cuando ella le dio la espalda. Ella se encogió para cubrirse y, cuando se incorcoporaba, él le asestó más puñaladas en distintas partes del cuerpo (tórax, antebrazo y mano derecha, en la mano y pierna izquierda), «sin que Liliana tuviese posibilidad alguna de defenderse».
En cambio, la defensa ofrece otra versión sobre la reacción de Dimitru: «Para no tener problemas, porque veía que cada vez estaba más ofuscado, se dio la vuelta y, cuando salía de la cocina, Liliana le gritó que se marchaba, que iba a llamar a la Guardia Civil y les iba a decir que la había agredido para que lo detuvieran». Dimitru «se vio superado por la situación», según su abogada, «y en un arrebato cogió uno de los cuchillos de la encimera y, sin pensarlo y totalmente enloquecido», se lo clavó a Liliana, que «se defendió con las manos intentando quitarle el cuchillo».
La funesta escena ocurrió delante de la hija, mientras su hermano estaba en la planta de arriba y la abuela, en otra estancia de la casa. La niña salió a la calle en busca de ayuda y Dimitru llamó después al servicio de emergencias 112 diciendo que había matado a su mujer, «que la había apuñalado en el corazón». Desde el 112, le ofrecieron ayuda, pero él contestó que «se muriera», según las acusaciones. Media hora más tarde, Dimitru llamó a una vecina, a la que dijo que había matado a Liliana «porque se iba con moros y negros», algo que «se lo restregaba en la cara y que se había encargado de que estuviera bien muerta«, relatan las acusaciones.
La letrada de Dimitru asegura, en cambio, que él llamó al 112 para contar que había matado a Liliana y para entregarse, «quedándose en casa a la espera de ser detenido». «En ningún momento, don Dimitru se negó a que se le prestara ayuda a su exmujer ni prolongó su agonía», añade la abogada, ya que Liliana «falleció de forma casi inmediata del pinchazo en el corazón». Tres días después, Dimitru ingresó en la cárcel y encuentra en prisión provisional desde entonces.
Sus dos hijos, menores de edad, están bajo la tutela de una tía, hermana del procesado y a quien la Guardia Civil localizó en Tarancón (Cuenca) después de la muerte de Liliana. Acompañará a su sobrina en su declaración en la Audiencia de Toledo el 8 de noviembre, solamente tres días antes de cumplir los 16 años.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete