«Las casas bajas se han inundado; el agua entraba por una pared y salía por otra»
En el pequeño pueblo de Hormigos, en Toledo, tratan de dejar la localidad tan limpia como estaba antes del paso de la DANA
Toledo
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Iniciar sesiónEn el pequeño pueblo de Hormigos, en Toledo, los vecinos se afanan en quitar barro y lodo que les está dejando el paso de la DANA desde este sábado. «Las casas bajas se han inundado; el agua entrada por una pared y salía por ... otra debido a un arroyo que no estaba limpio, se atascó y rebosó. Se llenó todo de barro y el agua entró en las casas», afirman en esta localidad de unos 900 habitantes.
A las cinco de la tarde del sábado, la tormenta sorprendió a sus habitantes. «Salí a la calle y las mesas de un bar, arrastradas por el agua y el lodo; dos coches atascados en el drenaje subterráneo del arroyo...», describen en Hormigos, donde a medía tarde caía fuerte el agua, pero sin granizar ni diluviar como el día antes.
El sábado, cuatro voluntarios de Protección Civil de El Casar de Escalona, a nueve kilómetros, se acercaron con su maquinaria a Hormigos, avisados por su alcalde a las siete de la tarde. Iban a ayudar a los vecinos en varias viviendas anegadas, aunque a esa hora el servicio de emergencias 112 sólo había recibido un aviso desde esta población.
El personal de Protección Civil sacó los dos vehículos del arroyo con maquinaria y a empujones antes de limpiar esa zona y asistir a los vecinos con sus casas inundadas. «Estuve metido en las alcantarillas y acabé de lodo hasta arriba...; por lo menos que los váteres funcionasen», cuenta a ABC Emilio, uno de los voluntarios de Protección Civil, que esta mañana volvió a Hormigos con sus compañeros para rematar la faena.
José Emilio, el alcalde, dejó sus vacaciones en la playa y esta mañana también estaba quitando barro con su tractor. «En alguna vivienda el lodo entró por las ventanas y alcanzó una altura de un metro y treinta centímetros», calcula Emilio, el voluntario de Protección Civil, que ha estado este domingo en la casa para ayudarles. «Esta mañana, los compañeros todavía sacaban granizo del drenaje subterráneo del arroyo. ¡Una montaña de granizo dentro del colector que todavía no se había desecho!», dice sorprendido.
Sin embargo, la DANA no va a dejar dormir tranquilos a los vecinos de Hormigos. Esta tarde ha regresado con más fuerza si cabe y ha vuelto a convertir algunas calles en ríos. «¡Esto no puede ser, Dios mío!», se lamenta una mujer.
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