Los tejados del convento carmelita de Consuegra necesitan una reparación urgente

A la antigüedad del edificio se suman los cuantiosos daños ocasionados por fenómenos atmosféricos de los últimos años, como los vientos huracanados de la tormenta Emma, en marzo de 2018 y la nevada Filomena de enero de 2021, a consecuencia de la cual se hundió una viga del techo del templo, con las consiguientes goteras al interior. Tanto en un caso como en otro, la comunidad no ha recibido ninguna compensación oficial.

El convento que se fundó el 3 de mayo de 1597, cuenta con diez religiosas, todas ellas peruanas, algunas llevan más de treinta años en la clausura, cuyo sustento les viene con los trabajos que realizan: escapularios para cofradías y material litúrgico. También elaboran productos de pastelería, que comercializan fuera del convento, y cuentan con su huerta donde cosechan frutas y hortalizas para consumo propio, así como con gallinas cuyos huevos emplean en la pastelería.

La sacristía de la iglesia alberga un pequeño museo, que puede ser visitado, el cual contiene documentos y objetos de gran valor religioso e histórico.

Sin dejar a un lado sus principales objetivos, la meditación y la oración, con todas estas ocupaciones y algunas ayudas externas, las monjas logran mantener el convento en activo, pero emprender una obra de la envergadura que necesitan los tejados del edificio les es totalmente imposible.

Para ayudarles en dicha reparación, se puede hacer a través de la Fundación DeClausura, cuya misión, no lucrativa, consiste en difundir la riqueza de la vida contemplativa y en el sostenimiento de monasterios y conventos. En este caso los donativos se pueden realizar en el siguiente enlace, https://declausura.org/donativos indicando que el destino es el de las carmelitas de Consuegra.