Premian la producción de una granja porcina de La Pueblanueva

Se trata de un reconocimiento a una pequeña explotación, en la categoría de 200 a 500 cerdas, a la tasa de partos . De cada 100 cochinas que se inseminan en esta granja, llegan a parir el 94,15 por ciento.

Son los datos ofrecidos por el gerente, José Manuel Rodríguez , que junto al propietario Jesús Toledano , están muy satisfechos por este galardón que les reconoce a nivel nacional el trabajo que vienen realizando desde hace años. «Realmente en una granja de producción, que paran 94 cerdas de cada 100 es un número muy elevado», afirma muy feliz Rodríguez.

En la granja tienen 256 cerdas a las que se insemina artificialmente. Usan tres berracos para el recelo . Se encierra a la cerda en una jaula y el macho pasa y la cerda lo huele. Dependiendo de la actitud de la hembra saben si está en su punto álgido de fertilidad, por tanto se la marca y se la insemina a continuación.

«Así conseguimos más homogeneidad y mejores resultados, con la manera antigua de montar sólo obtendríamos mucha dispersión y necesitaríamos muchos machos», confiesa José Manuel Rodríguez. En la granja de La Pueblanueva utilizan raza Danbred en la hembra y sementales Pietrain alemán . «Eso nos da un cerdo que por su tipo tiene un alto rendimiento en canal, que es lo que valora el matadero a la hora de pagarte».

La media de lechones nacidos en cada parto es de 17. De cada cerda se destetan al año más de 31, teniendo en cuenta que entre un tres y un diez por ciento son bajas (nacen débiles, muertos o los aplasta la cerda).

A las tres o cuatro semanas de nacer, los lechones se pasan a un cebadero y ahí se les engorda, con pienso, hasta los 100 o 105 kilos. «Está claro que cuanta mayor producción tengan las cerdas, más barato sale el coste del lechón», aclara el gerente de Crisger.

El precio del lechón oscila ahora entre los 40 y 45 euros y el coste de un cebón está alrededor de 1,05 por kilo, es decir, por un cerdo de 100 kilos pagarían 105 euros.

La granja premiada de La Pueblanueva se construyó en 1996 y en sus instalaciones cuenta con las últimas maquinarias, jaulas, sistemas de alimentación y ventilación. «Todo lo que se invierta en la instalación, luego te lo da la producción» , dice José Manuel Rodríguez. Se trata de una explotación familiar en la que trabajan el propietario y su esposa. Rodríguez es el dueño de las cerdas y la granja y la mano de obra es del ganadero. «Le pago por el ganado que saco, la gestión del lechón que el me da la hago yo», asegura el gerente.

Haber conseguido el premio tiene más mérito para José Manuel Rodríguez porque la granja se encuentra en una zona muy poblada de ganado, donde los riesgos en materia sanitaria son más elevados que en otras zonas de España.

El hecho de estar adscritos al IRTA es muy positivo para Explotaciones Agropecuarias Crisger. «Hay un programa que analiza los datos que enviamos y trimestralmente recibimos un informe que nos va corrigiendo al comparar nuestros apuntes con otras 964 granjas españolas. A nivel empresarial es un arma bastante buena, pues te dicen dónde te tienes que esforzar o corregir la estrategia».

El Instituto de Investigación y Tecnología Agroalimentarias (IRTA) creó los premios Porc d’Or en 1994 con el objetivo de reconocer el trabajo de aquellas empresas y explotaciones de porcino que, gracias a su profesionalidad y esfuerzo, y a la utilización de las mejores técnicas de producción, son capaces de superar los nuevos retos que continuamente aparecen en el desarrollo de esta actividad, actuando como puntas de lanza del sector porcino español.