Pablo Lozano: de Alameda de la Sagra a los cielos taurinos

Apodado «La muleta de Castilla» , Pablo estuvo siempre muy vinculado a la provincia de Toledo. El día después de la muerte de Manolete debutó sin caballos en Borox, el primer traje de luces lo vistió en Orgaz y se estrenó como novillero con picadores en Mora. Fue investido matador en Barcelona y triunfador en Madrid, donde en el verano de 1957 mató seis toros y cortó cuatro orejas.

A mediados de los 60 se retiró para pasarse a los despachos junto con sus hermanos pequeños. Aliados con los Dominguín, también de raíces toledanas, idearon «La Oportunidad» , un certamen que revolucionó el panorama taurino en busca de nuevas promesas. De ahí salió Sebastián Palomo Linares, al que Pablo modeló hasta llevar a la cima, como después haría con Juan Antonio Ruiz «Espartaco» o más recientemente con Álvaro Lorenzo.

En el apartado empresarial, el trío Pablo-Eduardo-José Luis (Manolo siempre trabajó por libre) acumuló un sinfín de plazas en América y en 1990 desembarcó en Las Ventas, la cual gestionaron durante 15 temporadas. Como ganaderos, adquirieron reses de encaste Núñez para formar la ganadería de Alcurrucén , a la que hoy se suman los hierros de El Cortijillo y Hermanos Lozano. Una de las fincas está en Urda.

Pablo deja tres hijos: Pablo, Luis Manuel y Fernando, los dos primeros empresarios de la plaza de Toledo.