Óscar del Pino: «Merezco lo mismo que le hice; pido perdón»

Ha ocurrido en el derecho a la última palabra que tiene todo reo durante un juicio. «Sus palabras le honran, a pesar de los hechos», le ha agradecido el presidente el tribunal, Juan Manuel de la Cruz. Y ha sido un amigo quien ha interpretado la conversación en lenguaje de signos al compañero sentimental de José Luis, que es sordo.

Así ha concluido la segunda y última sesión de una vista en la que las penas de los ocho acusados habían sido pactadas hace más de un año. En el caso de Óscar del Pino, será condenado a diez años y medio por el secuestro y la muerte del empresario el 7 de mayo de 2014. «Sí, yo lo maté en un forcejeo», afirmó, a preguntas del fiscal Juan Luis Ortega, en la sesión del martes.

En las dos jornadas Óscar del Pino, un hombre muy corpulento y fuerte, ha declarado por videoconferencia desde la cárcel de Estremera (Madrid), donde está preso. Lo ha hecho así por razones de seguridad, dada la peligrosidad del acusado, mientras que el resto de imputados, que no han asistido este miércoles, lo hizo de manera presencial el primer día.

Pero, ¿ha cambiado tanto desde que está en la cárcel, donde Óscar del Pino lleva tres años en prisión provisional por estos hechos? «Este señor ha cambiado mucho. El tipo de gente con el que se está relacionando es muy distinta de la que se relacionaba antes», ha afirmado el fiscal después de terminar el juicio.

«Han roto los vínculos entre ellos cuatro situándolos en prisiones distintas, y hay que confiar en que el sistema penitenciario permitirá que ellos se reinserten», ha añadido el representante del ministerio público. Juan Luis Ortega ha recalcado una medida que aceptaron los cuatro implicados en el secuestro, y de la que no se ha hablado en el juicio: el periodo de seguridad en la cárcel. «Durante la primera mitad de la condena no tienen la posibilidad de acceder al tercer grado. Es importante porque, si no se hubiera aplicado el periodo de seguridad, podrían haber accedido al tercer grado desde el primer día», ha explicado.

Ismael García Gamboa , abogado de Óscar del Pino, ha hablado también de la mala reputación de su defendido. «Tiene esa fama porque siempre se le ha relacionado con muchos hechos delictivos, de los que no ha sido condenado. Por tanto, debe primar la presunción de inocencia. Si un señor es absuelto de varios procedimientos, es igual de inocente que usted y yo», ha asegurado a ABC tras la conclusión del juicio.

En la última jornada ha pululado el desconcierto en la sala, concretamente durante la declaración del guardia civil que coordinó el operativo para localizar el cadáver de José Luis en la zona donde Óscar del Pino dijo que había arrojado el cuerpo en el río Tajo.

El 1 de septiembre de 2017, los agentes y la comisión judicial que se desplazaron al lugar señalado, cerca de la estación ferroviaria de Algodor (Aranjuez), fueron acompañados por uno de los procesados, Alberto del Val. «Él nos dijo que había llevado el cuerpo y nos contó cómo lo envolvieron con una manta, lo lastraron con un peso y lo rodearon con cadenas antes de tirarlo al agua», ha relatado el guardia, lo que ha generado confusión en la sala. A preguntas del presidente del tribunal, del fiscal y de la acusación particular, el agente ha añadido a continuación que Alberto del Val les aseguró que él iba solo cuando arrojó el cadáver al cauce.

Dado el desconcierto, ya que Óscar del Pino había reconocido el martes ser el único autor de la muerte y del traslado del cadáver hasta el río, el fiscal ha aclarado luego la confusión al tribunal. Al término de la vista, y ante un grupo de periodistas, Juan Luis Ortega ha explicado que los jefes del operativo de seguridad decidieron en su día que, por la peligrosidad de Óscar del Pino, éste aportase un mapa del lugar donde había arrojado el cadáver al Tajo. Era una de las condiciones para el acuerdo de conformidad.

«Óscar del Pino se ofreció a lanzarse al agua porque decía que sabía dónde estaba el cadáver», ha revelado el fiscal. Como esa posibilidad se descartó, Alberto del Val aceptó entonces acompañar a los agentes, ya que es de Añover de Tajo, a 30 kilómetros de Illescas, y conocía la zona donde José Luis iba a ser buscado. Aunque los investigadores dieron por buena la versión de Óscar del Pino, el cadáver no fue hallado.