Las monjas franciscanas no saludarán este año a la Virgen de la Caridad en Illescas

En esta procesión, la Virgen de la Caridad hacía un alto en el camino para que la comunidad le rezara y cantara , una tradición que perduraba hasta ahora desde hace más de cuatro siglos y que ahora se interrumpe. «Se siente un hondo penar cuando visitas a dos monjas nonagenarias, ahora ya en otro convento de la Orden de la Inmaculada Concepción, y cómo aún anhelan con tristeza su pasado en Illescas y lamentan no poder pasar los últimos años de su vida en el monasterio de la localidad», ha comentado apenada Eva Alonso, vecina de Illescas.

Según esta residente, que ha visitado a las monjas en sus nuevos destinos, lo que se necesita es « más vocación ». «Esto es necesario para que los numerosos conventos y espiritualidades fundadas a lo largo de la historia se sigan manteniendo y no se cierren o se conviertan en edificios que nada tienen que ver con la clausura monacal », añade.

El pueblo de Illescas echa de menos a sus « monjas encerrada s», según esta vecina, quien recalca que las religiosas sienten un «profundo pesar por haber salido de su querida Villa de Illescas». A pesar de la distancia, las religiosas «sienten siempre la cercanía de la Virgen de la Caridad, especialmente en estos días que se celebra la fiesta mayor».