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Salvan «in extremis» la vida de un niño de dos años que cayó en una piscina de Escalona

Fue providencial la presencia de una ambulancia con voluntarios de Protección Civil que habían hecho una parada técnica en una rotonda

En esta ambulancia se logró revivir al pequeño Ibrahim ABC

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«El destino ha querido que la ambulancia estuviera en esa rotonda de Escalona». Son las palabras sobrecogedoras de Juan Pedro Suárez, jefe de la Agrupación de Protección Civil de Torrijos (Toledo), formada por 17 voluntarios. La rápida actuación de tres de ellos, junto con la de dos médicos, dos enfermeras y dos técnicos sanitarios, ha sido providencial para reanimar este lunes a Ibrahim, un niño gitano de 2 años que ha vuelto a la vida minutos antes de las seis de la tarde. El pequeño está ahora ingresado en el hospital Virgen de la Salud de Toledo, donde las próximas horas serán vitales en la evolución del chaval.

Una hora y cuarto antes de que Ibrahim reviviera, la ambulancia de la agrupación de voluntarios de Torrijos había hecho una parada técnica en una glorieta a la entrada de Escalona por la carretera que conduce a Almorox. De esta población toledana regresaba a la base el vehículo sanitario, que formaba parte de un pequeño convoy que completaban un camión de extinción de incendios y el automóvil de jefatura en el que viajaba Juan Pedro. Sus ocupantes habían pasado su cuarto día ofreciendo apoyo logístico en el virulento incendio que se había desatado en Almorox el fin de semana.

Inesperadamente, un turismo Seat Ibiza se cruzó delante de la ambulancia y del coche bajó un hombre llorando con un niño inerte en brazos. «¡Haced lo que podáis, salvad la vida a mi niño!» , imploró el abuelo del pequeño a Javier, el voluntario que recogió al chaval y lo metió inmediatamente en la ambulancia. Ibrahim, que había caído en una piscina, se encontraba en parada cardiorrespiratoria tras tragar agua, estaba con la piel azulada (cianótico) y su corta vida (ha cumplido los dos años en junio) pendía de un fino hilo.

Un trabajo en cadena

Mientras Javier se ponía a los mandos del vehículo sanitario para conducir velozmente al cercano centro de salud de Escalona, en el interior sus compañeros David y Marcos comenzaban a realizar la reanimación cardiopulmonar al pequeño Ibrahim. Aunque Javier avisó al 112, los voluntarios no dieron ni tiempo a que el servicio de emergencias se pusiera en contacto con el consultorio.

Nada más llegar al centro de salud, el médico y la enfermera que estaban de guardia se metieron en la ambulancia para seguir con las maniobras. Poco después, llegó la UVI móvil de esta población toledana y sus cuatro componentes (un médico, una enfermera y dos técnicos) se sumaron también a la ímproba tarea de devolver la vida al pequeño Ibrahim. Y lo consiguieron casi una hora después, con la presencia de la Guardia Civil y de numerosos familiares del niño rodeando la ambulancia donde se obró la resucitación.

Una vez estabilizado el pequeño, un helicóptero medicalizado del Sescam , el «Gigante 4», lo transportó hasta el helipuerto del Hospital Nacional de Parapléjicos, en Toledo. Desde aquí, y escoltado por la Policía local, el pequeño fue evacuado hasta el hospital Virgen de la Salud, donde Ibrahim permanece ingresado. «El destino ha querido que la ambulancia estuviera en esa rotonda de Escalona», no para de repetir el jefe de la Agrupación de Protección Civil de Torrijos.

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