La Guardia Civil para los pies a una banda española que cometía robos exprés por encargo en camiones

Cumplían así el encargo que les habían hecho un tipo de 65 años, que era quien daba salida al botín . Pero la Guardia Civil de Toledo ha logrado parar los pies a una banda de cuatro españoles, de entre 19 y 39 años de edad, con mucha experiencia en este tipo de golpes. Se les acusa de 23 robos con fuerzas, receptación y pertenencia a grupo criminal, según ha informado el instituto armado este jueves.

Concretamente, el Área de Delitos contra el Patrimonio ha cortado las alas a estos delincuentes, que campaban por las provincias vecinas de Toledo y Madrid. La Operación Mack , como así se denominó, arrancó en abril. Varios asaltos a camiones aparcados en áreas de servicio y polígonos de Seseña y Ontígola pusieron a trabajar a los agentes de ese departamento para esclarecerlos. Los delincuentes realizaban cortes en las lonas de los remolques de los transportistas, observaban el producto y, si era de su interés, lo sustraían.

Para seleccionar el objetivo también tenían en cuenta la procedencia del vehículo: si era extranjero, mucho mejor. Así podían lograr una mayor impunidad al ser sus víctimas personas y empresas que no llegaban a denunciar. Esto, precisamente, dificultó la investigación. La dificultad del idioma y los continuos viajes internacionales retraían a las víctimas .

Sin embargo, meses de pesquisas permitieron a los investigadores identificar a los autores, un grupo de jóvenes ubicado en el distrito madrileño de Vallecas. Esta banda contaba con varios vehículos para realizar sus golpes. Usaban un turismo como lanzadera acompañado de un camión que les seguía varios kilómetros por detrás. Los ocupantes del primer vehículo rajaban las lonas de los remolques y vigilaban la zona mientras llegaba su camión listo para cargar la mercancía. Dada su amplia experiencia, conseguían realizar todo el asalto con éxito en pocos cinco minutos.

Los robos estaban cuidados al detalle. El azar no iba con estos sujetos, que elegían los productos cuya venta tenían pactada con un receptador. Así lograban deshacerse de la mercancía en un tiempo récord, con lo que evitaban ser descubiertos. Además, eran muy de rutinas. Actuaban en los mismos polígonos y áreas de servicio: Seseña y Ontígola, en Toledo, y Ciempozuelos, Valdemoro, El Molar y Vallecas, en Madrid.

Pero, en uno de esos palos, la Guardia Civil los detuvo. Fue el 30 de junio. Cayeron tres de los cinco miembros de la banda justo cuando se disponían a cometer nuevos robos en el interior de camiones en Ciempozuelos. Días después, se llevó a cabo en Vallecas el arresto de un cuarto implicado y la investigación de otra más persona, el receptador de los bienes sustraídos y, por ende, el quinto elemento del grupo. Se realizó un registro del local que regentaba en Vallecas, donde se intervino efectos robados, como ropa y productos alimenticios.