mocejón

Prisión provisional sin fianza para el presunto asesino del niño Mateo, que se negó a declarar

Juan Francisco ingresará en el módulo de enfermería del centro penitenciario de Ocaña I. El juez le informó de que había asestado 12 puñaladas al menor

El correo electrónico de una médium a la Policía local de Mocejón sobre el presunto asesino

El presunto asesino de Mateo, trasladado en un furgón de la Guardia Civil. EFE

Sobre las dos de la tarde, veinticuatro horas después de que Mateo recibiera sepultura en el cementerio de Mocejón, su presunto asesino salía de los juzgados de Toledo camino de la cárcel de Ocaña I. El juez había decretado su ingreso en prisión, provisional y ... sin fianza, acusado de la muerte a puñaladas del niño de 11 años en la localidad toledana de 5.000 habitantes el pasado domingo.

Esta mañana, llegó a los juzgados a primera hora procedente de la Comandancia de la Guardia Civil de Toledo. El furgón que llevaba a Juan Francisco, de 20 años, tardó cinco minutos en aparecer por la calle Bajada de Bardones para entrar por el garaje del palacio de Justicia. Para entonces, ya se había levantado el secreto sobre el procedimiento judicial.

En principio, el detenido iba a comparecer en el juzgado de guardia, el número 1, pero el juez del 3 prefirió tomarle declaración porque se encontraba de guardia el domingo, el día que ocurrieron los hechos, y hoy no estaba de vacaciones.

Antes de su declaración, el juez instructor solicitó un informe a un médico forense del Instituto de Medicina Legal de Toledo, cuya sede se encuentra a 200 metros. El padre de Juan Francisco había dicho que su hijo tiene diagnosticada una discapacidad intelectual del 70 por ciento, por lo que se hacía necesaria esa valoración. El resultado determinó la necesidad de llevar a cabo un interrogatorio adaptado «a su situación de discapacidad», tal y como recoge el artículo 109 de la Ley de Enjuiciamiento Criminal, según explicaron fuentes del Tribunal Superior de Castilla-La Mancha.

Entonces, una profesional asistió a Juan Francisco para ayudarle a entender y ser entendido. Sin embargo, siguió la indicación de su defensa y se acogió a su derecho a no declarar.

Aunque no estaba incorporado el informe de la autopsia, el juez informó de que Mateo había recibido doce puñaladas, algunas de ellas en el tórax y en la región dorsal, aunque este dato no aparece en las actuaciones. El fiscal solicitó la prisión provisional y la defensa se opuso a esta medida por no haber motivos suficientes, a su juicio, para creerle criminalmente responsable del asesinato. No obstante, ofreció como alternativas el internamiento terapéutico en un centro sanitario o el cumplimiento en su propio domicilio por motivos de salud.

Además de la prisión preventiva, el juez acordó también pedir dictamen forense sobre la imputabilidad del joven, que deberá realizarse durante la instrucción del procedimiento judicial.

Luego fue trasladado a la prisión de Ocaña I, donde llegó alrededor de las tres de la tarde. Lo estaban esperando y el médico de la cárcel examinó al chico inmediatamente. Quedó ingresado en la enfermería sin saber quién era ni dónde estaba.

En este centro penitenciario está el Programa de Atención a Internos con Enfermedad Mental grave (Paiem), donde Juan Francisco podría ser incluido después de una valoración por parte del personal de la cárcel. Además, en las próximas semanas, forenses del juzgado irán a la prisión para evaluar al recluso, normalmente la psiquiatra, que es quien perita.

Si el presunto asesino de Mateo fuera incluido en ese programa, tendría unas actividades adaptadas y sería atendido por personal especializado, como un médico, una trabajadora social, un educador, una psicóloga y un jurista, además de los funcionarios de prisiones que quieran participar voluntariamente. «Todo está en un espacio diferente para tener un poco más de cuidado con estos reclusos», explican a ABC fuentes que conocen ese recinto. «Se trata de que los internos con enfermedad mental estén siempre atendidos de una manera específica y continua», añaden.

Lo que grabaron dos cámaras

Las cámaras de seguridad han sido determinantes para el esclarecimiento de este caso. En el paseo de los Molinos, que conduce al polideportivo donde ocurrió el asesinato la mañana del domingo, dos cámaras graban a Juan Francisco antes y después del crimen.

En el vídeo de una cámara privada se ve claramente al presunto asesino subir a pie hacia el campo de fútbol, porque camina por la misma acera donde está el dispositivo. Lleva en el cuello como un pañuelo a modo de babero.

Luego, según la investigación, rodeó el polideportivo para entrar por uno de los numerosos agujeros en las alambradas. Tras el ataque embozado con el pañuelo, salió del campo por otro agujero junto al marcador y huyó corriendo por un camino paralelo al canal de riego, hasta que llegó al cruce con el paseo de los Molinos. A esa altura, una cámara municipal graba sus piernas, de rodilla para abajo, y sus zapatillas deportivas negras con el perfil blanco. Lleva el pañuelo en una mano.

Sobre el arma homicida, de unos 11 centímetros de hoja y 1,5 centímetros de ancho, las muestras recogidas en el cuchillo de carne han sido enviadas al Instituto Nacional de Toxicología para analizar los restos biológicos humanos encontrados. Ahora serán cotejados con el ADN de Mateo y los resultados se podrían conocer dentro de varias semanas. Sucederá igualmente con las muestras recogidas en la ropa que Juan Francisco llevaba el día del crimen y que metió en la lavadora de la casa de su abuela. El caso de Mateo es prioritario.

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