Primer paso para que el damasquinado de Toledo sea declarado Bien de Interés Cultural
El Gobierno de Castilla-La Mancha inició el 10 de agosto el expediente para que así sea tras la solicitud presentada en enero por la Fundación Damasquinado de Toledo, que pide más protección para este arte milenario en peligro de extinción
La memoria del damasquinado, un arte en peligro de extinción
Toledo
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Iniciar sesiónUn cincel y un pequeño martillo con el que se incrustan láminas de oro y plata en piezas de acero o hierro. Estas son las materias primas de un arte milenario, como es el damasquinado de Toledo, que ahora da sus primeros pasos para ser ... declarado como Bien de Interés Cultural (BIC) por el Gobierno de Castilla-La Mancha.
Aunque su nombre hace referencia a la ciudad siria de Damasco, pues es originario de las regiones árabes, fue en Toledo, durante la dominación musulmana, cuando el damasquinado, mediante la técnica de la ataujía -nombre con el que se conocía la incrustación de filamentos de oro o plata sobre metales- llegó a convertirse en uno de los distintivos del arte hispanoárabe.
Una Escuela Taller para proteger y conservar el Damasquinado de Toledo
Valle SánchezEl alcalde de Toledo, Carlos Velázquez, se ha comprometido con la Fundación de Damasquinado a crear un centro para futuros maestros artesanos de este oficio, esencia de la ciudad de Toledo
Esta tradición artística fue pasando de generación en generación entre los damasquinadores toledanos, pero, después de un periodo de declive, fue en el siglo XIX cuando el damasquinado resurgió con la apertura de la Fábrica de Armas de Toledo, donde se recuperó un oficio del que ahora, sin embargo, quedan muy pocos maestros, algo que provoca que este arte esté en peligro de extinción.
«Si seguimos así, algún día los arqueólogos estudiarán el damasquinado como una antigualla porque, si no está condenado a desaparecer, este oficio está muy enfermo». Así se expresaba en una entrevista que en 2016 ofreció a ABC Mariano San Félix (Castellón, 1939), insigne damasquinador toledano que, aunque castellonense de nacimiento, debe su vida y su obra a Toledo y es uno de esos últimos maestros de este oficio.
Ahora, sin embargo, este arte milenario ve un halo de luz al final del túnel, después de que el pasado 10 de agosto la Consejería de Educación, Cultura y Deportes iniciara el expediente para declararlo como Bien de Interés Cultural. Una decisión que da respuesta a la solicitud que el 24 de enero presentara la Fundación Damasquinado de Toledo, de la que el propio Mariano San Félix es su presidente.
Ahora, 71 años después de que entrara con 13 en los talleres de Luis Serrano como aprendiz, San Félix es uno de los últimos maestros damasquinadores. Él, junto con un reducido grupo de historiadores, comerciantes y otros amantes de este arte milenario, han creado una fundación que pedía, entre otras cosas, su declaración como BIC para proteger y poner en valor esta tradición artesanal ancestral tan ligada a Toledo.
Esta organización, a través de una nota de prensa remitida a los medios de comunicación, agradece a la Viceconsejería de Cultura y Deportes y a su Servicio de Patrimonio y Arqueología el interés mostrado en esta primera fase del proceso, así como por la ayuda ofrecida de cara a la preparación de la preceptiva memoria técnica y su tramitación. «Damos con ello un paso decisivo para la consecución de la protección BIC a esta artesanía tan arraigada en nuestra ciudad, a la vez que solicitamos el imprescindible apoyo de las diferentes instituciones que permitan dotarla de los medios solicitados para evitar su extinción», afirman.
De hecho, durante los últimos meses, a raíz de una serie de actos, exposiciones e informaciones publicadas en este diario, han sido numerosas las muestras de apoyo recibidas por el dasmasquinado de Toledo procedentes de diversos ámbitos, entre los que han destacado los apoyos de cargos políticos de relevancia, como los de la anterior alcaldesa de la ciudad, Milagros Tolón, o el actual regidor, Carlos Velázquez.
Plan ambicioso
Sin embargo, desde la Fundación Damasquinado de Toledo no se quieren quedar sólo aquí. «Nuestro plan es muy ambicioso y estamos llenos de ilusión, pero necesitamos mucha colaboración de las diferentes administraciones que tienen algo que decir: Ayuntamiento de Toledo, Junta de Comunidades y la Diputación Provincial», señala su presidente, que también urge a una regulación para protegerlo, a la colaboración de comerciantes o a la creación de talleres y escuelas dentro del plan de estudios de formación profesional de la Consejería de Educación.
Atrás en el tiempo quedan las escuelas-taller donde se formaron un buen número de aprendices de estas disciplinas que ahora adolece de relevo generacional. Ojalá que los deseos de la Fundación Damasquinado de Toledo no caigan en saco roto y este arte milenario no llegue a su final nada más comenzar el segundo milenio. Por Mariano San Félix no va a quedar, pues es un ejemplo de vitalidad. Cada día, a sus 84 años, se sigue encerrando en el pequeño taller de su casa para seguir realizando obras de arte.
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