La Policía Nacional desmantela en Yuncler (Toledo) una fábrica de pilas falsificadas con 3,5 millones de unidades listas para distribuir

Según los responsables de la investigación, se trata de la mayor intervención llevada a cabo en España contra este tipo de productos. En el operativo, además del material falsificado, se incautaron las máquinas utilizadas para su fabricación y embalaje, así como otras falsificaciones ya listas para su distribución. En total, fueron detenidas seis personas de origen asiático sin antecedentes policiales, que han quedado en libertad tras comparecer ante el juez. Se les atribuyen presuntos delitos contra la propiedad industrial, contra la salud pública, el mercado y los consumidores, además de una infracción a la Ley de Extranjería.

El jefe de la Brigada Provincial de Extranjería y Fronteras, Víctor de las Heras, explicó que la organización detectó una oportunidad de negocio tras el apagón y «se puso a trabajar de manera masiva para distribuir las pilas y baterías a grandes centros». Ese proceso, según aclaró, no llegó a concretarse gracias a la apertura de la investigación policial desde finales de abril.

Los agentes intervinieron una cadena de producción industrial dotada con dos máquinas para fabricar pilas, además de todo el material de encamisado, serigrafiado y empaquetado necesario. Las baterías, importadas de otros países europeos, eran manipuladas en estas instalaciones para que imitaran marcas de reconocido prestigio. La fábrica era capaz de producir hasta 30.000 unidades al día.

Además de las 3,5 millones de pilas falsificadas, se localizaron 35 pales de papel de fumar, 12 millones de cartas de juego falsas, tabaco de liar, mecheros y otros productos, muchos de ellos ya paletizados y listos para su distribución. Por la magnitud del hallazgo, fue necesario emplear hasta siete camiones para trasladar toda la mercancía incautada.

Noticia Relacionada

Detenido el presunto autor del incendio en un edificio ocupado del Casco histórico de Toledo

ABC

El fuego puso en grave riesgo a uno de los ocupantes del inmueble. Los servicios de emergencia evitaron que el avance de las llamas o el derrumbe del tejado causaran una tragedia mayor

Según detallaron los investigadores, ninguno de los productos cumplía con la normativa vigente y existía un riesgo real para la salud de los consumidores, con posibilidad de quemaduras, explosiones o incendios. Todo el proceso se realizaba en el interior de las naves industriales, en las que residían los propios trabajadores, lo que dificultaba la detección. Para evitar llamar la atención, la organización construyó una estancia insonorizada entre dos de las naves que amortiguaba el ruido de la maquinaria y permitía operar sin ser vistos desde el exterior.

El hallazgo fue posible gracias a los contactos de la Policía con las marcas afectadas, que alertaron de una bajada significativa en la venta de pilas en la zona de Cobo Calleja. Esa anomalía contrastaba con el incremento previsto tras el apagón, lo que llevó a solicitar judicialmente la entrada y registro en las naves sospechosas.

Los productos falsificados se camuflaban entre el movimiento habitual del polígono para no levantar sospechas, y la actividad de la organización se normalizaba mediante la venta simultánea de otros artículos.