la autopsia en un crimen por encargo
«Mercedes recibió siete tiros a corta distancia y murió en tres minutos con un pie en el freno del coche»
La hija de la víctima lloró en silencio mientras escuchaba a los médicos forenses contar que su madre no pudo defenderse del sicario
El sicario y un inductor confiesan: «Luis me encargó el asesinato de Mercedes y de su hijo por 3.000 euros»
Toledo
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesión¿Qué estaría haciendo este miércoles Raúl Romero Aparicio a la misma hora que los médicos forenses explicaban detalladamente la autopsia al cadáver de Mercedes? El sicario confeso que asesinó a esa madre de dos hijos, la mañana del 4 de mayo de 2018 ... en Las Ventas de Retamosa, fue uno de los tres procesados que no acudieron a la Audiencia Provincial de Toledo para asistir a la tercera sesión. Aunque ninguno tiene la obligación tras haber declarado, porque están en libertad con cargos después de casi seis años de los hechos, sí concurrieron un inductor confeso, Luis del Castillo, y Emilio, encartado por encubrimiento.
Sentados en uno de los banquillos de los acusados, Luis y Emilio permanecieron con las cabezas agachadas mientras Valeriano Muñoz, uno de los tres forenses que depusieron durante 55 minutos, comentaba las fotografías de la necropsia. Se lo contaba minuciosamente al jurado popular, formado por cinco hombres y seis mujeres, aunque los titulares son nueve.
Raquel, la hermana de Mercedes, ya había abandonado a la carrera la sala después de dar un alarido al darse cuenta de lo que el tribunal iba a escuchar. Pero quien sí permaneció fue Sheila, la hija mayor de la difunta, que lloraba en silencio a medida que el médico relataba las heridas mortales en el cuerpo de su madre y las lesiones por bala en las piernas de su hermano, Daniel, ausente en la vista.
Mercedes, que conducía su coche para llevar a su hijo al colegio, murió vilmente en el asiento, vestida con un jersey y un anorak azul y un pantalón rosa. Siete balas percutidas a muy corta distancia entraron en su cuerpo, la mayoría por el lado izquierdo ya que el sicario vació el cargador de su pistola por la ventanilla del conductor. «Disparó indiscriminadamente», señalaron los peritos.
Mercedes, de 41 años, falleció por el proyectil que le entró por el hombro izquierdo, atravesó parte de su anatomía y lesionó la arteria aorta, la que lleva la sangre del corazón a los vasos, lo que provocó que se desangrara internamente. Expiró en unos dos o tres minutos, con un pie apoyado en el freno, -el izquierdo, precisó luego a ABC el forense Vicente Torrejón-. Así se encontraron su cadáver porque había detenido bruscamente su coche cuando el asesino a sueldo cruzó el suyo en una glorieta para bajarse y ejecutarla.
A Mercedes no le dio tiempo a defenderse y su hijo, de sólo 12 años, vio cómo moría su madre y su propia vida había estado en serio peligro. Estas dantescas escenas le han acarreado a Daniel importantes secuelas psiquiátricas, con un trastorno adaptativo, que durante un tiempo se tradujeron en mucha ansiedad, angustia, sufrimiento y un deseo de encontrarse con su progenitora. «Tuvo conductas autolesivas, no autolíticas, por la ansiedad», añadió Valeriano Muñoz sólo 22 horas después de que Daniel, recién estrenada la mayoría de edad, hubiese expresado en la misma sala, a puerta cerrada, que seguía sufriendo insomnio y pesadillas.
La inesperada carta de arrepentimiento de un presunto inductor y el emocionado alegato de una abogada
Manuel MorenoPrimera jornada del juicio con jurado popular por el crimen ocurrido en Las Ventas de Retamosa hace casi seis años. Los cinco acusados, entre ellos el presunto sicario, están en libertad
La tercera sesión había comenzado con el testimonio del novio de Mercedes y había continuado con la declaración, por videoconferencia, del dueño de un locutorio de San Adrián de Besós, al lado de Badalona. Allí fue donde Luis, alias 'el Vacas', compró los dos teléfonos móviles empleados para que el asesino a sueldo le confirmara, como así hizo, que había cumplido el encargo «a cambio de 3.000 euros».
El comerciante, asustado desde que le comunicaron que tenía que comparecer en el juicio, lo hizo con un biombo blanco colocado entre la televisión donde se veía su imagen y los dos acusados que acudieron a la sesión. Nervioso, aseguró que «nadie me dijo que cambiara mi declaración», como sí sostiene la fiscal de este macabro caso, que este jueves encarará la cuarta jornada.
Esta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete
Esta funcionalidad es sólo para registrados
Iniciar sesiónEsta funcionalidad es sólo para suscriptores
Suscribete