Emiliano García-Page nunca ha ocultado su pasión por la política. Antes de cumplir los dieciocho años se afilió a las Juventudes Socialistas y, desde entonces, no ha parado de estar en la vida pública. Su primer puesto político fue el de concejal socialista en el Ayuntamiento de Toledo de 1987 a 1993 . Con el gobierno municipal del socialista Joaquín Sánchez Garrido fue concejal de Festejos y de Hacienda, hasta que que el expresidente de Castilla-La Mancha, José Bono, le llamó para ser consejero portavoz, mientras escalaba posiciones en su partido del que acabó siendo secretario provincial del PSOE en 1997 y, después, secretario regional del partido, hasta hoy.
En el Gobierno de Castilla-La Mancha ha sido Portavoz, consejero de Obras Públicas, consejero de Bienestar Social y consejero de Relaciones Institucionales. Y también fue vicepresidente segundo de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha puesto que abandonó para presentarse a las elecciones municipales del 27 de mayo de 2007. Cuatro años después, logró la primera victoria del PSOE en unas elecciones municipales de la ciudad, con 20.025 votos, un éxito ya que el PSOE se encontraba inmerso en una profunda crisis.
En las elecciones autonómicas de 2015 alcanzó el gobierno gracias al apoyo de Podemos, que unió sus dos escaños a los 15 del PSOE, frente a los 16 del PP de María Dolores de Cospedal. Y en 2019 alcanzó, por fin, su primera mayoría absoluta, y además de forma clara y con una cota inesperada, ya que los 19 diputados regionales alcanzados suponían dos más de los necesarios para gobernar en solitario, sin dependencia esta vez de ningún otro partido. Ahora, con un posible pacto de Vox y PP que pronostican algunas encuestas, García-Page puede ver peligrada su mayoría absoluta.
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