La Fundación Aladina toca la campana a los niños enfermos en el hospital de Toledo
Ha decorado 2.000 metros cuadrados del centro sanitario, dándole «una calidad y una calidez muy importante»

Cuenta Paco Arango, presidente de la Fundación Aladina, que en la zona pediátrica de cualquier hospital donde tratan a los niños con cáncer hay una campana y que cuando un niño se cura, lo último que hace antes de abandonar el hospital es tocar la campana, convirtiendo ese momento en algo «único, bárbaro».
Este lunes, el presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, tocó la campana del Hospital Universitario de Toledo, donde la Fundación Aladina ha decorado 2.000 metros cuadrados con la idea, según Arango, de que «no parezca un hospital».
«El hospital se mantiene intacto, pero se le ha dado una calidad y una calidez muy importante. Tenemos una alineación absoluta con la humanización y eso lo entendió la Fundación Aladina enseguida, el hacer las cosas con una empatía diferente, poniéndonos en el lugar del otro», ha afirmado Jesús Fernández, consejero de Sanidad, añadiendo que se han invertido 600.000 euros en la decoración.
Fernández también ha explicado que en Castilla-La Mancha hay dos unidades oncohematológicas pediátricas, una en Toledo y otra en Albacete, que dan cobertura a toda la región. Cada una de ellas presta unas 250 atenciones y reciben unos 25-30 casos nuevos al año. La atención se ha ampliado hasta los 18 años. Además, en Toledo, el 5 de mayo se iniciaron los cuidados paliativos pediátricos.
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