Una exposición reconstruye la vida de Javier Malagón y Helena Perenya en el exilio y su entrega cultural
'Javier Malagón y Helena Perenya: su historia menor' puede verse en la Biblioteca de Castilla-La Mancha hasta el 28 de junio
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La Biblioteca de Castilla-La Mancha expone del 14 de abril al 28 de junio la muestra 'Javier Malagón y Helena Perenya: su historia menor'. A través de documentos, libros, testimonios y objetos, la exposición recorre la trayectoria vital del matrimonio Malagón–Perenya: su salida forzada de España, su reconstrucción desde el exilio, y su labor constante de recolección, memoria y entrega cultural.
Javier Malagón nació en Toledo en 1911 y eligió la ciudad como destino final de su legado intelectual y afectivo, por lo que fue reconocido con la Medalla de Oro de Castilla-La Mancha en 1988. Era hijo de un teniente coronel de Infantería. Cursó el bachillerato y Magisterio en Toledo, y más tarde se licenció en Derecho en la Universidad Central de Madrid, donde también realizó estudios de Historia. Exiliado tras la guerra, partió hacia Francia con su esposa Helena Perenya, también jurista. A lo largo de su vida residieron en distintos países de América y en Estados Unidos.
Su legado es un caso excepcional entre los muchos legados de exiliados españoles. A lo largo de décadas, Malagón estuvo mandando fondos documentales a la Biblioteca Pública de Toledo, desde los años 50 hasta su muerte. Como funcionario de la Organización de Estados Americanos, residiendo en Washington, periódicamente envió cajas de libros, separatas y revistas de variada temática. Además, en 1976, deposita cinco cajas de documentación personal en el Archivo Histórico Provincial, principalmente cartas, entre las que se incluyen sus contactos con profesores e investigadores de toda América, algunos procedentes del destierro español.



Por voluntad testamentaria, su viuda Helena Pereya Pàmies, deposita los últimos fondos en ambos centros documentales y costea el catálogo de las monografías, que se editó en papel.
Según ha explicado el comisario de la exposición, Gonzalo Enguita Fernández, a los 10.000 documentos, unas 7.500 monografías, 2.500 separatas, y colecciones casi completas de revistas, se une ahora una colección de cuadros que sus nietas -presentes hoy en la inauguración de le muestra- han entregado para cumplir la voluntad de su abuelo de que estén a disposición de de los ciudadanos de Castilla la Mancha.
Para la viceconsejera de Educación, Universidades e Investigación, Mar Torrecilla, la exposición «es una fuente inestimable para conocer el legado cultural y académico del exilio republicano. Es el mejor testimonio para llamar a la memoria de un contexto histórico que la sociedad actual está desdibujando o utilizando de forma maniquea».
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