El Rojas recibe a «Alimañas», una critica mordaz sobre el capitalismo y el consumismo

En hora y media «Alimañas» aborda la inquietante historia de la joven pareja Lili y Oli , educados en la moral católica y que, en perfecta sincronización y con un bebé en camino, explica a los espectadores con todo lujo de detalles por qué y cómo renovaron su hogar. Lo tienen todo a su favor, han sido seleccionados para participar en un nuevo programa de revalorización urbana promovido por el gobierno y podrán trasladarse a un buen vecindario. El único inconveniente es que la nueva casa carece de elementos tan básicos como agua y electricidad...

La directora Pilar Massa utiliza la crisis de la vivienda para poner en escena una pieza oscuramente y divertida, sobre el precio que el ser humano está dispuesto a pagar para llegar a la propiedad perfecta, con una critica directa a la moralidad, la hipocrecia y la sociedad de consumo en un mundo capitalista e implacable.

Explica Pilar Massa que este espectáculo también h abla de la avaricia, la codicia sin limites, la hipocresía en determinados aspectos de la religión, el individualismo, la necesidad de aparentar y ascender en la escala social, la vivienda...

Esta comedia mordaz, que fue escrita por el autor británico Philip Ridley, permite hacer una reflexión sobre el alto precio que tienen que pagar los jóvenes para conseguir un hogar en un mundo que prioriza lo material sobre la vida humana y donde lo suficiente nunca es suficiente.

La directora de la obra incide en que Philip Ridley es un maestro es contar, y plasmar, «delante de nuestras narices un hecho, una realidad, sucesos de los que el ser humano no siempre puede estar muy orgulloso, cuando además, lo hace a través del humor». Por eso recuerda que en esta pieza todo se vuelve mucho más terrible, porque paradójicamente «te estás riendo» de algo terrible.

Pilar Massa afirma que como fórmula teatral, es interesante, porque hace que la obra tenga toda una licencia surrealista, y que el espectador no deje de sorprenderse y sin moraleja y sin moralina final, «y que se vaya a casa con sus propios pensamientos y conclusiones. Eso es algo que me resulta tremendamente atractivo en una obra de teatro», afirma.