«El sinfín de gamas y texturas hacen de Toledo una ciudad única»
Luis Ruiz Padrón, ilustrador gráfico, y el periodista Pepo Paz Saz presentan este miércoles en la Biblioteca Regional el libro 'Toledo. Acuarelas de viaje', un recorrido visual y literario por la ciudad
Toledo
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Iniciar sesiónSiempre lleva encima una pequeña libreta en cuyas páginas capta fugazmente lo que le rodea. Doctor arquitecto por la Universidad de Sevilla, sus dibujos y paisajes urbanos históricos motivaron su integración en el grupo de investigación HUM-976 Expregráfica. Lugar, arquitectura y dibujo.
Luis ... Ruiz Padrón es un enamorado de Toledo. De la mano de la editorial Anaya Touring, este miércoles, 1 de marzo, se presenta en la Biblioteca de Castilla-La Mancha el libro 'Toledo. Acuarelas de viaje', con textos del fotoperiodista y escritor Pepo Paz Saz.
'Toledo. Acuarelas de viaje', una guía del arte y la palabra
María José MuñozAnaya Touring ha elegido Toledo como 'destino editorial' para el visitante a la ciudad «más bella de España», en palabras del escritor Pepo Paz, algo que demuestran los espléndidos dibujos de Ruiz Padrón
El amor por el dibujode Ruiz Padrón nació mucho antes, en la infancia. «Siempre he estado dibujando y es esa afición al dibujo lo que en buena parte motivó mi interés por la arquitectura. Pertenezco a una generación en la que el dibujo a mano era fundamental como una de las herramientas del arquitecto».
Aunque comenzó como autodidacta, en la carrera «nos fomentaron el dibujo en la calle, el dibujo al natural como forma de entender la ciudad y la arquitectura, y nuestros profesores nos llevaban con sillas a dibujar los edificios más característicos de la ciudad de Sevilla, y nos alimentaron el interés de que cada vez que nos fuéramos de viaje nos lleváramos una libreta para ir elaborando bocetos de los lugares a los que íbamos», explica.
De ahí nacieron sus famosos cuadernos de viaje, centrados en la acuarela, aunque él prefiera llamarlos «dibujos acuarelados», con un dibujo elaborado con plumilla previo a la aplicación del color, una técnica que confiere a sus obras un estilo muy característico fácilmente identificable del autor. «Tienen un poso muy importante de dibujo de arquitecto, con interés por las proporciones, por la perspectiva, pero sí es verdad que luego le añado el componente lúdico del color y que no tengan una finalidad profesional, sino el mero disfrute de hacerlos», afirma.
La selección de los dibujos de la ciudad de Toledo que plasma el libro es muy completa. «Soy un enamorado de la ciudad de Toledo; de hecho, cuando Anaya me propuso dibujar una ciudad, en cierta manera ellos me dieron la libertad de elegir el lugar. Y mi elección fue Toledo. Me parece no solo una ciudad bellísima sino con multitud de facetas, con unas perspectivas insólitas a todas las escalas». Esto que dice el pintor se ve perfectamente reflejado en el libro, donde se incluyen los rincones, las panorámicas, y las vistas intermedias de Toledo.
En cuanto a los detalles, hay cosas muy concretas que descubren la pericia artística de Luis Ruiz. Ejemplo de ello es la puerta principal de la tapia que que circunda el Cigarral de Menores, un espacio que quizá pueda pasar desapercibido a la vista de otro artista, pero que florece en su mirada dotando a esa puerta una magia especial.
Si Ruiz Padrón tuviera que elegir un color para describir Toledo, él se decantaría por los tonos pardos, como su paleta de colores le ha ido descubriendo mientras pintaba la ciudad. Diversas texturas envuelven Toledo en sus aparejos de ladrillos, o en las maderas, una gama preciosa de pardos y rojizos que recorre todas las ilustraciones. «El sinfín de gamas y texturas de Toledo hacen de ella una ciudad única», subraya el pintor.
En cuanto a los cielos, recuerda la época en la que visitó Toledo para realizar el trabajo, en plena pandemia, cuando la ciudad estaba desierta. «He tenido el raro privilegio de tener Toledo casi para mí solo, cuando no existía el fenómeno del turismo y la ciudad estaba inusualmente vacía».
Sorolla dijo de Toledo que está «hecha para los pintores», una ciudad dibujable o pintable perfecta para un artista, con una silueta paisajística idónea para la pulsión creativa. «Es mágico el paseo por la curva que va dibujando el Tajo, donde cada tramo que va haciendo el río es una sorpresa; o la relación visual entre las torres, que va cambiando a cada trecho de la ruta», explica. Si tuviera que quedarse con algún monumento, calle o detalle de Toledo, el pintor dice sentirse fascinado por la mezquita del Cristo de la Luz, «una auténtica joya»; o los ábsides de ladrillo al ir paseando...o la catedral primada. «¡Es tan difícil elegir en el caso de Toledo!».
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