'La Maruja Terraza': de corral familiar a local de moda en Toledo
El establecimiento, que fue premiado este verano con un 'Solete Repsol', se ampliará en unos días con la apertura de un salón interior para 30 comensales
Aspecto actual de la terraza, con la piscina en primer plano
Si el 90% de su clientela la forman toledanos de todos los estatus sociales, por algo será. Y además, es un sitio precioso, con una refrescante piscina azul junto a las mesas, donde puede degustarse una rica carta casera a buen precio. Su propietario, ... Julio Luis García, tuvo hace ocho años la gran idea de construir la terraza para su apertura al público, que se produjo en junio de 2014. Y lo hizo él solo, con sus propias manos, transformando el patio de lo que fue el hostal regentado por su madre Maruja durante 30 años, en un atractivo espacio hostelero que está situado en la calle Cortes 1, bajando hacia el Parlamento regional desde el paseo del Tránsito, en pleno Casco Histórico de Toledo.
La terraza ha tomado impulso en los últimos años convirtiéndose en un referente del ocio toledano. Y todo ello tras un esfuerzo y una inversión importantes por parte de Julio Luis, que en temporada tiene a seis camareros sirviendo las mesas. Su pareja, Esperanza García, está al mando de los fogones y elabora tortillas de patata, carcamusas toledanas o croquetas, además de deliciosos postres caseros. Este verano, 'La Maruja Terraza' ha sido galardonada con un 'Solete Repsol', junto a 'La Azotea de Carlos' y 'Kiosko Puente Romano', en Talavera de la Reina.
Carcamusas toledanas, uno de los platos 'estrella' del local
«Nuestros precios no son altos, y precisamente esa es una de las razones del éxito de la terraza. Nuestras raciones son abundantes y eso atrae a la gente que, por un precio normal, comen o cenan. Las tortillas y las croquetas (también las hay dulces, de arroz con leche), están muy buenas, tienen un punto que la industria no les da», dice Julio, quien se muestra orgulloso de que los clientes le digan que «se está muy agradable aquí». Ahora que se acerca el invierno y refresca la meteorología, el negocio va a ampliarse con la apertura de un salón para 30 comensales en el primer piso de lo que antes fue el hostal. «Estamos rematándolo y pensamos abrirlo en unos días», dice. El salón ya está abierto, dispuesto a recibir a sus clientes.
Hace medio siglo, la zona que ahora ocupa la terraza era el corral de la casa familiar. «Aquí no había calle, esto daba a los rodaderos, a las traseras de las casas, y era un corral donde mis padres tenían guarros, gallinas, conejos y palomas», explica el empresario. Eutimio Luis y Maruja García, que da nombre a la terraza, tenían aquí su casa. Quizá entonces ni podían imaginar que su hijo Julio se convertiría en un emprendedor hostelero con el paso de los años. Aquí, en el mismo lugar donde transcurrió su infancia.
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