El arzobispo pide a las cofradías formación, nuevos estatutos y las cuentas claras y transparentes

Recuerda que esta tarea ya se fijó en el comienzo del presente curso, estableciendo tanto una dirección de continuidad y al mismo tiempo de renovación. Para llevar a cabo esta tarea estará al frente con su equipo el nuevo delegado de hermandades y cofradías, Juan Alberto Ramírez Avilés, rector de la basílica del Santo Cristo de Urda, que sustituyó en el cargo a Jesús Montero. Todo ello con el fin de sumarse al resto de tareas que culminarán en el próximo Sínodo Diocesano.

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El primero de los retos que fija el arzobispo es el de la formación. En este sentido, Cerro Chaves manifiesta que «todos los cofrades deberían inscribirse en la Escuela Diocesana Cofrade. Una buena formación nos ayuda a situarnos en lo que somos, en lo que no somos y en lo que deberíamos ser para ser fieles al Evangelio, a la doctrina de la Iglesia, rica y abierta para vivir en fidelidad creativa. Por tanto, una buena formación evita muchos errores y conflictos que no tienen por qué existir si todos cumplimos con nuestra misión».

Por eso, señala que «se deben poner en práctica escuelas diocesanas cofrades en todas las vicarias, comenzando por Toledo y Talavera de la Reina. Dos cursos, de una manera sistemática, es decir con una programación que debe ir desde octubre, hasta febrero. Un día que puedan los cofrades, con dos sesiones y facilitando el que puedan realizar la formación todos. Según el proyecto marco, no deberían asumir responsabilidades en las juntas de cofradía quien no presente en su expediente que tiene realizados los cursos de la Escuela Diocesana Cofrade firmado por el obispo.

El segundo reto se fundamenta en la actualización canónica de los estatutos. Sobre esta cuestión, el arzobispo indica que «se debe hacer un gran esfuerzo para que, contando con los párrocos, los estatutos de cada cofradía estén puestos al día, para tener la aprobación canónica, puesto que si no están aprobados por la Iglesia seréis una especie de asociación cultural, pero no cumplís los requisitos que se necesitan para ser aprobados como una asociación pública de fieles que tiene el estatuto jurídico de las cofradías».

Y añade sobre esto que «es muy serio que, siendo de la Iglesia, las cofradías no tengan ni aprobados ni actualizados sus estatutos, ni manden cuentas a la autoridad eclesiástica o no vivan la comunión con la Iglesia diocesana a través de las parroquias. Esto es necesario. Se está elaborando y actualizando la guía diocesana de cofradías y hermandades y las que no tengan actualizados sus estatutos no aparecerán reconocidas como cofradías, es decir, como asociación pública de fieles».

Por último, el arzobispo reclama un ejercicio de trasparencia. «Las que están reconocidas por la Iglesia deben de ponerse al día en todo, en sus estatutos, actas, balance de cuentas y así cumplir el fin para el que estas fueron fundadas. La Delegación de Cofradías, con la Administración Diocesana, han de explicar a las hermandades y cofradías su misión y también su responsabilidad eclesial y civil, para que podamos seguir cumpliendo con las normas establecidas y con el ejercicio de transparencia que nos pide nuestra Iglesia que camina en Toledo», dice Cerro Chaves en su escrito semanal.

Agradezco la gran labor a todos los cofrades y pido al Cristo de vuestra y nuestra devoción y a la Madre de Dios, bajo todas las advocaciones, junto a la intercesión de todos los santos, la alegría y la paz. Con mi bendición