ARTES&LETRAS CASTILLA-LA MANCHA
El amor diversificado de Pablo Milanés
«Sin duda, las mujeres han sido mucho más que su inspiración. Él ha amado de una sola manera, con un amor único, el suyo, que ha proyectado en cinco mujeres diferentes»
Por Mari Cruz Magdaleno
Pablo Milanés (1943) está recorriendo España con su gira 'Días de Luz 2022'. Sus canciones son pura poesía que hemos podido disfrutar también en Castilla-La Mancha, el 3 de julio en Toledo y el próximo 18 de agosto en Ciudad Real. ... Milanés, distanciado del activismo galopante de la mítica 'Yo pisaré las calles nuevamente' (1976), pero con una visión crítica que le ha costado más que un disgusto, ofrece ahora a su público un espacio más íntimo y esencial, donde predomina el 'filin' sobre la Revolución: «hablar de política envenena cualquier conversación sobre el arte», «yo no hablo ya de política ni con los amigos», ha declarado el cubano.
Milanés, «el más romántico de los trovadores», siempre se ha inspirado en el amor (y la tristeza). Y en ese recorrido personal por el sentimiento más universal, en el concierto de Santa María de Benquerencia en Toledo, nombró a dos mujeres: a Yolanda, su segunda esposa, cantando su famosa canción que ya es todo un clásico universal, y a Nancy Pérez, su actual esposa, a la que dedicó una canción: «Para Nancy a quien tenemos que agradecer estas y tantas cosas», dijo. Si bien 'Yolanda' es un clásico en sus conciertos, esta vez emocionaba mucho más sabiendo que una de las tres hijas que compartían, Suylén Milanés, había muerto en enero de este año, con 50 años, víctima de un accidente cerebro-vascular. Suylén es la madre de Camila Guevara Milanés, la nieta que el cantautor comparte con el mítico 'Che'. El mismo plus de emoción producían las palabras de agradecimiento que le dedicó a Nancy, imposible con ellas no rememorar que en 2014 la española le donó un riñón, salvándole la vida. Sin duda, las mujeres han sido mucho más que su inspiración en la vida de Pablo Milanés.
Fue en un concierto en la ciudad de Lima en 2002 cuando el cantautor habló de ellas: «yo vivo un solo amor desde que nací y lo siento así, pero lo he diversificado: Se lo he dado a Zoe, a Yolanda, a Olga y a Sandra, con quien vivo; y es el mismo amor, el mismo amor que uno siente, la misma disposición a abrirse, amar y entregarse». Se trata de sus esposas: Olga Ayoub (1961-1969), Yolanda Benet (1969-1973), Zoe Álvarez (1978-) y la actual en ese momento, Sandra (90-2002 aprox.). En ese momento, porque en 2004 conoció a Nancy Pérez (2004-ahora). Entiendo que él ha amado de una sola manera, con un amor único, el suyo, que ha proyectado en cinco mujeres diferentes. O quizás en más porque parece que además de esposas disfrutó también de novias, amantes y amigas. Gaspar Zimerman (Clarín) introducía así una entrevista a Milanés en 2004: «El cantante está al volante de uno de sus dos relucientes Audi, sentado al lado de su novia, la vistosa Esperanza, unas tres décadas menor que él».
Y es que hay que tener talento para componer, para cantar, para triunfar, pero antes de todo hay que tenerlo para previamente amar. Hasta que dure, claro, ¿cómo si no se puede diversificar así? Ya lo decía Yolanda: «yo fui esa muchacha de la que él se enamoró y podía haber sido otra, no creo que tenga ningún mérito personal, el talento por supuesto es de él». Talento musical, poético, humano (todo el mundo le quiere, dicen de él que es noble y bueno y si con alguien se distanció -Silvio Rodríguez- tuvo que ver con la política), pero sobre todo amatorio. Ha de tenerlo para lograr escribir una canción de amor tan sublime en 20 minutos. Y su talentosa voz. Me acerqué a fotografiarlo durante las pruebas de sonido antes del concierto en Toledo, le vi más delgado y aprecié sus 79 años, pero cuando empezó a cantar no me pude creer de donde continúa sacando esa voz única, una voz que hubo de enamorar por fuerza a sus plurales, ya lo dijo Yolanda: «primero escuché su voz, luego llegó él».
Pablito Milanés, como se le conoce en su amada Cuba- «si no paseo por el malecón, me enfermo»-, cantó a lo largo de su vida canciones de amor a todas sus mujeres. Con cada nuevo nombre componía una canción. Y otras les eran dedicadas. Así a Olga, le cantó 'Olga', pero también se rumorea por Cuba que le dedicó 'Para vivir' (de desamor) -él no lo acredita-; a Yolanda le escribió «Yolanda» pero antes le había dedicado la canción 'Yo no te pido'; a Zoe le dedicó una que llamó 'Amor' y otra que llamó 'Comienzo y final de una verde mañana'; a Sandra, una que llamó 'Sandra' y a Nancy Pérez, como es gallega de Mazaricos (La Coruña), una canción que se llama 'El largo camino de Santiago' y también 'Regalo' o, en esta gira 2022, 'Cuando tú no estás'.
Además, se casó con todas. Bueno, con unas cuantas, parece que con estas cinco sí lo hizo. Compartir la vida con ellas y crear una familia ha sido su forma generosa y entregada de amar: «yo escogí la convivencia cotidiana», «la familia ha cimentado mi vida», lo que no impide que finalmente muestre su decepción por el matrimonio: «la crisis de la pareja no viene por el desamor, sino por el contrato». Un contrato del que habla en sus canciones, bien sea para disculparse con la amada: «yo no te pido que me firmes diez papeles grises para amar», o para lamentarse por no poder retenerla: «violenta y tierna nunca hablas de uniones eternas».
Y con todas ellas tuvo hijos, menos con la primera, con el añadido además de una predisposición genética a tener mellizos o jimaguas como dirían en Cuba. Milanés declaró en 2008 que esperaba unos gemelos de Nancy, y añadió: «tendré entonces nueve hijos». Pero contando los de las cinco esposas sólo me salen siete, así que hay alguna que otra mamá por ahí, no oficializada. De Milanés se ha dicho que su 'agitada vida sentimental' no le impidió ser un gran padre. Y lo ha demostrado apoyando a sus hijos, colaborando con ellos, y guiándoles en el mundo musical. En una ocasión llegó a suspender una gira en España porque tenía que ayudar a su hijo Antonio a examinarse de piano para entrar en la Escuela de Arte de La Habana.
Todas las mujeres de Milanés son guapas, inteligentes y profesionales liberales ligadas de alguna manera al mundo del arte y la cultura. A Olga, la conoció en los 60, cuando él era flaco, y se ganaba la vida cantando en locales nocturnos de la Habana. Yolanda Benet trabajó en Cuba como productora y asistente de dirección de cine y televisión. Zoe Álvarez es modelo. Sandra Pérez es pintora y escritora y fundó un hotel paradisiaco y ecológico desde la 'mísera palapa' que compartió con Pablo Milanés en Holbox, México, donde el cubano iba a cantar. Y la gallega Nancy Pérez, nuestra Nancy -las otras son cubanas-, es profesora e historiadora.
Olga quizás tenga otro perfil, se sabe de ella por el aclamado documental sobre Milanés del periodista cubano Juan Pin Vilar. Tienen fama las primeras esposas de ser las más sufridoras porque viven las dificultades de los inicios del esposo, y son las otras las que se llevan las mieles de sus éxitos. Olga tuvo que sufrir el encarcelamiento de su marido en las UMAP (Unidades Militares de Ayuda a la Producción) de Fidel Castro -le engañaron diciéndole que iba a cumplir el servicio militar-, y su desesperación allí: «no lo soporto más, estoy a punto de cometer una locura», le contaba en una carta a su preocupada esposa. Olga intentó ayudarle sin éxito y finalmente Milanés se fugó. El cantautor diría de aquel lugar de reciclaje de desafectos (muchos religiosos entre ellos) que era «un campo de concentración estalinista», «pero a mí no me llevaron por homosexual, drogadicto o contrarrevolucionario, sino por mis opiniones respecto a la revolución que expresaba libremente donde me parecía». En 2015 declaraba que todavía está esperando que el gobierno cubano le pida perdón por lo que pasó allí, «porque para un chaval de 23 años aquello fue brutal».
Esa ha sido la manera de amar de Pablo Milanés, única pero diversificada, personal pero plural, perfecta pero imperfecta, como un gran río al que han alimentado sus afluentes. Yo creo que a su manera las sigue amando a todas: «cada divorcio es un desgarro, nunca me he divorciado de una persona porque haya dejado de amarla sino por contradicciones de la convivencia», ha dicho. Y puede que todas le amen también, porque el cubano ha tenido mucho arte luchando y soñando, cantando y amando, versificando y diversificando.
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