La Virgen del Sagrario lucirá este año una corona del siglo XVI

Durante todos los días han oficiado las misas canónigos primados, que en sus homilías han predicado sobre las obras de misericordia. Han realizado las ofrendas a la Virgen del Sagrario la Delegación de Apostolado Seglar, Caritas y Manos Unidas, Adoración Eucarística y Perpetua, Delegación de Familia y Vida, Cofradías y Hermandades de la ciudad, parroquias de la ciudad y catequistas.

Hoy lo harán los empleados de la catedral y los miembros de la Esclavitud de la Virgen del Sagrario, algunos de los cuales lucirán por primera vez la medalla que les será impuesta durante la misa. Después de las eucaristías se cantaron la Salve y el himno a Nuestra Señora del Sagrario, que fue estrenado el 30 de mayo de 1926, cuando la patrona de Toledo fue coronada canónicamente en la plaza de Zocodover. El maestro de capilla catedralicio, Luis Ferré, compuso la música y el escrito Rómulo Muro la letra.

Hoy domingo es la víspera del gran día, la fiesta íntima, sustancial y espiritualmente toledana, la de la Virgen del Sagrario, nuestra Patrona y nuestra Reina. Este lunes, festividad de la Asunción de la Virgen María, la catedral primada abrirá sus puertas a las 7.00 horas para que los toledanos de todas las edades puedan asistir a las misas que se celebraran cada hora hasta las 11.00 horas en honor de la Virgen del Sagrario y cumplir con la tradición centenaria de beber en los botijos el «Agua de la Virgen» en el claustro de la catedral.

A las 11.00 horas comenzará la misa estacional que oficiará el arzobispo de Toledo y primado de España, Braulio Rodríguez, concelebrando con componentes del Cabildo catedralicio. Después , Nuestra Señora del Sagrario, portada en su preciosa carroza por empleados de la catedral, entre cánticos marianos recorrerá las amplias naves del templo metropolitano. Este año estrenará un manto donado por el devoto Rodrigo Navarro y lucirá una corona del siglo XVI.

Una de las tradiciones del ancestral «Agua de la Virgen» nos cuenta que la imagen, durante la dominación musulmana, fue escondida en el pozo que existe en el claustro de la catedral, de ahí sus propiedades benefactoras. La tradición fue desmontada cuando la Virgen del Sagrario fue restaurada en 1977 por técnicos de Instituto de Conservación de Obras de Arte de Madrid, que comprobaron que la imagen fue tallada en el siglo XIII.

La otra tradición nos traslada a tiempos del cardenal primado Bernardo de Sandoval ( 1599-1618), que para evitar que los fieles que llenaban el templo durante los cultos de este día abandonasen el mismo para mitigar su sed por el intenso calor, ordenó que se pusieran una jarras con agua de los aljibes de la catedral para que bebiesen. Un año, como se consecuencia del tremendo calor que reinaba, un joven perdió el conocimiento y fue sacado al claustro, donde se le roció con agua de unas de las jarras y el joven se recuperó con rapidez y sin ningún síntoma del mareo