Viajó desde Madrid a Toledo para cometer tres robos en tres horas el día antes de cumplir la mayoría de edad

Ocurrió el 18 de marzo, jueves. Llegaron en autobús a la capital de Castilla-La Mancha sobre las cuatro y media de la tarde. Eran cuatro varones y una mujer. Dos adolescentes de 17 años, con antecedentes policiales, y tres de 18 años, que salieron a pie de la estación de autobuses y se dedicaron a deambular. Iban armados con lo que parecía ser un machete, una barra de metal y un palo de madera , según el testimonio de sus víctimas, a las que sabían cómo encararlas.

A la primera, un chico de 20 años, la asaltaron sobre las seis a unos 800 metros de la estación, en el paseo de Bachilleres. La intimidaron, aunque el joven logró huir y pedir ayuda.

Una media hora después, a un kilómetro de allí, en la calle Diputación, rodearon a un muchacho de 16 años, que tuvo que facilitarles las contraseñas de su teléfono móvil para desbloquearlo y robarle el terminal.

No contentos, antes de regresar en autobús a Madrid cometieron otro robo en el paseo de la Vega. Allí dos miembros del grupo atemorizaron con un palo de madera a otro joven que esperaba la llegada de un autobús urbano en la marquesina . También le sustrajeron el teléfono móvil.

Con los testimonios de las víctimas y un minucioso trabajo policial, los agentes al cargo identificaron a los cinco presuntos autores de los robos. Fueron detenidos entre el 12 y 19 de mayo. El otro menor de edad del grupo , también con antecedentes por hechos similares, había cumplido los 18 cuatro días antes de su arresto . Sin embargo, él y su compinche de 17 años en el momento de cometer los hechos pasaron a disposición de la Fiscalía de Menores, mientras que los otros tres componentes de la banda fueron presentados en el juzgado de guardia.

También hay un investigado que no ha sido detenido. Es el propietario de un locutorio en Getafe (Madrid) a quien la policía acusa de un delito de receptación. Los agentes tienen evidencias de que usó uno de los móviles robados en Toledo. El dueño del negocio es vecino de uno de los ladrones de 18 años y también del joven que cometió los robos el día antes de cumplir la mayoría, tal vez para festejar delinquiendo una fecha tan señalada.