Tres procesiones llenarán de silencio las calles de Toledo en la noche del Lunes Santo

El Santísimo Cristo de la Vega es famoso por la tradición y leyendas, entre las resonancias de concilios inmortales, glorias de Santa Leocadia y evocaciones de reyes godos. El murmullo del Tajo le llega como perenne oración en su basílica. Hieráticos cipreses le custodian en la soledad ribereña. A su lado duermen el sueño eterno canónigos ilustres.

Permanecerá en la catedral primada hasta el primer minuto del Viernes Santo, para regresar a su antiquísima basílica recorriendo un itinerario que lleva haciendo desde 2001.

El 29 de marzo de 2020, a las 21,00, horas el Santísimo Cristo Nazareno Cautivo salía por la puerta Llana de la catedral para recorrer un itinerario que no ha variado. Esta noche lo hará a los acordes del himno nacional que interpretará la banda de cornetas y tambores de la cofradía.

Después del encuentro con el Santísimo Cristo de la Vega, a hombros de 36 cofrades y acompañado de varios centenares de ellos, subirá por Arco de Palacio y seguirá por Hombre de Palo, Comercio, plaza de Zocodover, cuesta de Carlo V, plazas de Hornos de los Bizcochos y Magdalena, Tornerias, plaza Mayor, Sixto Ramón Parro, Cardenal Cisneros y entrar en la catedral primada por la puerta Llana.

La imagen representa a Cristo después de ser juzgado, condenado, azotado y coronado de espinas, que se refleja en su cara ante el sufrimiento y la muerte , antes de recibir la Cruz redentora. A pesar del sufrimiento, su mirada transmite paz y esperanza.

Fue esculpido por el imaginero Antonio Martínez Rodríguez y va vestido con hábito de terciopelo blanco, con cordón dorado abrazando el cuello, cintura y manos. Las andas son obra de la orfebrería Orovio de la Torre de Torralba de Calatrava (Ciudad Real). Su sede canónica es la parroquia de San José Obrero del barrio de Santa María de Benquerencia.

El Santísimo Cristo de la Esperanza , cuya cofradía había sido fundada el año anterior, el 16 de abril de 1984 partía a las 23,30 horas de la iglesia de San Andrés. La imagen recibe culto durante todo el año en la iglesia de San Cipriano, incorporándose a los desfiles procesionales de la Semana Santa para hacer un recorrido muy parecido al que hace en la actualidad, que finalizó en su sede canónica donde estuvo llegando hasta 1989.

Desde aquel año hasta nuestros días, a las 23,30 horas, entre las numerosísimas personas que esperan en la plaza de San Andrés, cuando el Crucificado, escultura del siglo XVIII, sale de la iglesia portado en andas por ocho cofrades , se produce un silencio sobrecogedor, fervoroso, penitente, que rompen las voces jóvenes de los futuros ministros que Cristo, lanzando al cielo un motete. Son los integrantes del coro del Seminario Mayor de Toledo. Después el Via Crucis, se pone en marcha reinando un impresionante silencio solo quebrado por los cánticos y la lectura de las estaciones que lee el consiliario de la cofradía.

El recorrido que realizara será: plaza de San Andrés, plaza y calle de Santa Isabel, plaza del Ayuntamiento, Arco de Palacio, Trinidad, calle y travesía de Santa Ursula, Ciudad, calle y plaza de San Isabel, plaza de San Andrés para entrar en la iglesia del mismo nombre.