Teresa, una mujer arquetipo

Su historia ha saltado a primera línea de la actualidad estos días al ser la primera mujer policía local de Toledo que se jubila . El pasado miércoles, se despidió con un homenaje a sus compañeros: se tiñó el pelo de azul, se pintó las uñas y lució unos pendientes del mismo color. Rompedora, como su trayectoral laboral.

Natural de Guadamur, aunque reconocida como toledana de toda la vida, recuerda el 2 de agosto de 1982. Ese día, una «ilusionada» joven de 20 años aprobaba una oposición y entraba a formar parte de un equipo de trabajo con ciertas connotaciones masculinas en el que era vista como «un bicho raro».

Además, su jefe de por aquel entonces mostraba su rechazo a que las mujeres formaran parte de una profesión «reservada» para hombres. Incluso algunos compañeros veían a Teresa como una enemiga que les había robado el puesto de trabajo. «Hubo comentarios muy desagradables, que prefiero no recordar, y también machistas; me decían que tenía que estar trabajando en el campo».

Sin embargo, Teresa fue abriéndose camino poco a poco. Para ello, contó siempre con el respaldo de su familia y con el del entonces alcalde de la ciudad, Juan Ignacio De Mesa. «Él apostó por mí», sentencia.

Aquel 14 de agosto del año del Mundial de Fútbol masculino en España, Teresa comenzó a ejercer sus funciones como policía. «Tuve que esperar unos días porque no tenía uniforme». Una vestimenta en la que los zapatos de tacón, la falda y el bolso eran sus aliados de trabajo. Estuvo sola, como mujer en el cuerpo, los nueve primeros años . Después tuvo una compañera durante otros nueve, para volver a ser la única agente otros cinco.

Pero Tere, como la llaman sus excompañeros de la Policía local, nunca pensó en tirar la toalla. «Tuve momentos buenos y no tan buenos, pero jamás se me pasó por la cabeza abandonar la policía. Yo siempre me he ido currando mis puestos, porque las mujeres no solo tenemos que valer como los hombres, sino que tenemos que valer más », afirma.

Se le dibuja una sonrisa en la cara al recordar que ha sido una figura para muchas niñas en la ciudad. «Me veían en la calle y decían a su madres: ‘Yo también quiero ser policía’. O simplemente querer conocerme por el hecho de ser mujer y llevar uniforme; eso ya me reconforta». Y rememora otra anécdota entrañable cuando le hacían dibujos regulando el tráfico a la entrada del colegio.

En la actualidad, la plantilla de la Policía local de Toledo está compuesta por 108 agentes, de los cuales 15 son mujeres . Una situación que, aunque con «cuentagotas», Teresa reconoce que va cambiando. Como ejemplo, cita a su compañera María Isabel García, que tras aprobar la oposición se ha convertido en la primera mujer oficial del cuerpo policial.

«Yo siempre digo que aún quedan algunas cosas por limar, pero no nos podemos permitir tirar la toalla. Soy feminista y pienso que siempre se lucha más desde el colectivo ; por eso tenemos que introducirmos en todos los colectivos. Tenemos que seguir luchando porque todavía nos queda un camino por recorrer, aunque yo soy positiva», argumenta.

Durante estas casi cuatro décadas de servicio a la sociedad toledana, Teresa ha podido desempeñar diversas funciones. Empezó en la calle «sin coche, porque el primer vehículo nos lo regalaron después de entrar yo en el cuerpo». Y después, con el paso del tiempo, fue especializándose en labores burocráticas, porque ella tenía estudios administrativos, que ha ido completando con módulos de informática, lo que le ha permitido aportar esa modernización a la policía. «He pasado por diferentes departamentos, algunos más operativos que administrativos, pero siempre he tratado al ciudadano porque, aunque no estés en la calle, en la administración hay mucha atención al público».

¿Cómo ha evolucionado el cuerpo policial en estos años? «Ha habido muchos cambios. No solo en la vestimenta de la mujer, sino también en los medios y en el aspecto informático. La policía ha ido evolucionando a mejor en todos los sentidos», sentencia.

Teresa se marcha con una mochila cargada de grandes satisfacciones y con el recuerdo de unos compañeros que no olvidará jamás. Lo dice sin poder evitar contener las lágrimas. «Es una satisfacción que la gente me diga que me va a echar de menos y que me haya considerado una más. Estoy muy satisfecha y un poco triste a la vez, pero la vida continúa», afirma esta mujer, que gracias a su labor marcó la senda de la igualdad en un campo dominado por hombres.

Ser policía local le ha reportado muchas alegrías tanto en el terreno profesional como en el personal. Casada con el actual intendente de la Policía local, José Luis Martín Mora, pronto será «abuelastra». «Nos conocemos desde hace 20 años; él se separó y yo en ese momento no tenía pareja. No hizo falta que nos presentáramos, ya sabíamos cómo nos llamábamos», bromea al evocar los inicios de su relación sentimental.

Ahora, a sus 59 años recién cumplidos, Teresa cuelga las botas con una esperanza: «A ver si dentro de unos años no tenemos que hacer este tipo de celebraciones; eso significará que todos y todas estamos en el mismo carro, con lo que la sociedad será más justa».

Con una agenda repleta de planes, esta guadamureña ha demostrado ser una mujer no solo luchadora sino también muy vitalista, dispuesta a exprimir al máximo cada momento de la vida. «Quiero descansar unos días y después tengo tantos planes... viajar, leer, aprender inglés, escribir, recabar información sobre el papel de la mujer en la policía....».

Planes no le faltan y ganas, tampoco: «Vivir la vida es muy interesante, ya sea desde el ámbito laboral, profesional o desde la jubilación».