El Parador celebra sus 50 años con las mejores vistas a Toledo
El jueves se celebrará un gran acto social con motivo de esta efeméride
Fue un 31 de julio de hace cincuenta años cuando, según se recoge en una crónica de ABC de 1968, el entonces ministro de Información y Turismo, Manuel Fraga Iribarne, inauguraba las instalaciones que la red de Paradores de Turismo de España había construido en Toledo por 25 millones de pesetas. Desde entonces, sus visitantes y clientes han podido disfrutar como en primera línea de playa de la vista más universal, la que sirve en muchos casos de postal, de una ciudad Patrimonio de la Humanidad e inigualable, gracias a su emplazamiento en uno de los cerros del sur de la ciudad, en la privilegiada zona del Valle.
Aunque un mes antes de cumplirse los 50 años, este jueves (20 horas) tendrá lugar en el Parador una gran fiesta social para conmemorar su medio siglo de existencia y al mismo tiempo los 90 años de la marca Paradores de Turismo. Al acto se espera la asistencia numerosa de personas pertenecientes a los más diversos sectores de la sociedad local, provincial y regional, aparte de los responsables nacionales de la cadena, según indicó a este periódico la directora del Parador de Toledo, María José Sepúlveda Ramos.
Este establecimiento ha sido y es, sin duda, otro de los atractivos turísticos de la ciudad. No solo por la calidad intrínseca de la marca, tanto en alojamiento como en gastronomía, sino por su privilegiada situación, una de las señas de identidad de Paradores.
ABC informaba de la inauguración de manera breve en su página 46 de la edición nacional del martes 30 de julio de 1968. Con el titular «Mañana inaugurará un parador en Toledo el ministro señor Fraga», la noticia de la Agencia Cifra indicaba que «el próximo día 31 el ministro de Información y Turismo, señor Fraga Iribarne, inaugurará en Toledo el parador nacional Conde de Orgaz. La gran corriente turística de Toledo, unida a la escasez de alojamientos hoteleros en esta capital aconsejaron el emplazamiento de un parador en sus inmediaciones.
El nuevo parador es el número 76 de la red nacional y está situado en la ladera del cerro del Emperador, entre los puentes de Alcántara y San Martín. En él se han invertido cerca de 25 millones de pesetas ». Días después el entonces corresponsal, Luis Moreno Nieto, publicó una pormenorizada crónica de la inauguración.
Según fuentes de Paradores, la construcción del establecimiento de Toledo siguió naturalmente la filosofía de aplicar líneas de arquitectura regional de cada zona. En este caso, el arquitecto del ministerio encargado de este proyecto fue Julián Manzano Monís. En su primer proyecto, la inversión de cerca de 25 millones de pesetas permitió levantar un parador con 21 habitaciones dobles con baño , salones, un comedor para más de 100 comensales. Su decoración recordaba a los siglos de oro de la capital toledana, según lo definían las crónicas de la época.
Ampliaciones
Posteriores ampliaciones, reformas y redecoraciones, la última a lo largo del año pasado, han dotado al Parador de Toledo del aspecto que tiene hoy en día. Un mirador privilegiado hacia todo el patrimonio monumental de la ciudad, con 78 habitaciones y un comedor donde degustar una cuidada y actualizada gastronomía regional.
El Parador de Toledo posee una interesante colección de pintura del español José Caballero (1915-1991). Aunque empezó como escenógrafo, ligado a la vanguardia previa a la guerra, Caballero es el único pintor español, que a la manera del grupo abstracto de Nueva York, evolucionó directamente desde el surrealismo a la abstracción.Por su posición política fue más reconocido fuera que dentro, pero hoy su obra se ha revalorizado notablemente. Son especialmente características las materias y la geometría que protagonizan sus cuadros: el rombo, la pirámide y, sobre todo, el círculo.
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