Busca a su hermano de 44 años ante la sospecha de que es uno de los niños vendidos al nacer

Siempre conoció la historia, sus padres nunca se lo ocultaron, de que su hermano había muerto a las pocas horas de nacer. Su madre —fallecida hace 10 años—, dio a luz en la Maternidad de Toledo, poco después de las diez de la mañana. «Le vio vivo tras nacer, contaba que lloró mucho y que pesó 3,600 kilogramos según le dijeron, pero cerca de mediodía le aseguraron que había muerto, se había asfixiado porque pesó más de cinco kilos y había tragado meconio», confiesa emocionada Mercedes.

Su padre llegó a Toledo desde Los Navalucillos —a 76 kilómetros—, al día siguiente y tras conocer la triste noticia pidió ver el cuerpo del niño. La respuesta fue que ya estaba enterrrado y que había muerto a las ocho de la tarde. Entonces no contrastaron los datos, pero siempre entrevieron «algo sospechoso».

La aparición de numerosos casos con el mismo patrón en varias provincias de España —éste es el primer caso conocido en Toledo—, empujó a Mercedes Díaz a buscar ayuda en la Asociación Nacional de Afectados de Adopciones Irregulares (Anadir), donde ya le han realizado las pruebas de ADN. «Volví algo decepcionada, pues buscaba allí caras que me sonaran y no las encontré», manifiesta, y espera que la publicación de su caso en este diario le ayude a encontrar «a esa persona que a lo mejor ni sabe que es adoptado o que fue comprado».

Antes de acudir a Anadir, Mercedes Díaz confirmó todos sus presentimientos y se resolvieron parte de sus dudas. La Maternidad, abierta desde 1924 y dependiente de la Diputación, cerró sus puertas en 1980, por lo que fue a consultar la documentación a la corporación provincial. Afirma que en la historia clínica «veía algo raro, está registrado que mi hermano murió el mismo día, pero no dice de qué, no existe parte de defunción ni sitio de enterramiento».

Su padre, con 78 años, que todavía vive, «está sufriendo muchísimo por todo este asunto y se lamenta por no haber investigado entonces», pero las personas, explica, creían ciegamente en los médicos y el personal de los hospitales. «Espero poder encontrarle algún día», concluye Mercedes Díaz, que ahora tendrá que acudir a la Fiscalía de Toledo, tras rechazar la Fiscalía del Estado una investigación conjunta de los más de 260 casos denunciados en España.