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Ruiz atribuye a una «situación imprevisible» el desprendimiento de la enorme roca del Miradero

F. M. DOMÍNGUEZ

TOLEDO. El mirador situado junto al antiguo Miradero, en la calle Venancio González, fue ayer uno de los lugares más visitados por los toledanos que se acercaron al Casco Histórico y que querían ver el desaguisado de las obras del Palacio de Congresos tras el desprendimiento de una gran mole de roca granítica. Desde allí se podía ver el corrimiento de tierras, que afectó a la zona ubicada entre la entrada peatonal de la antigua galería y el acceso a lo que era el aparcamiento subterráneo.

La mayoría de los comentarios se dirigían a la conveniencia de realizar una obra de esas dimensiones en este lugar, aunque también los vecinos de las casas próximas expresaban su inquietud ante lo ocurrido. La concejal de Urbanismo, Paz Ruiz, compareció ayer de nuevo ante los medios de comunicación para trasladar un mensaje de tranquilidad a los residentes, a quienes pidió que se pongan en contacto con el Ayuntamiento si detectan problemas en sus viviendas.

La concejal, quien aseguró que ni la calzada ni la acera de Venancio González están afectadas, explicó que el estudio de los ingenieros sobre el comportamiento del terreno tras el deslizamiento no ofrece síntomas de inestabilidad y, por lo tanto, no existe mayor riesgo. No obstante, adelantó que el tráfico en la cuesta de las Armas estará cortado al menos hasta el martes.

Ruiz confirmó que el corrimiento tuvo lugar a la altura del antiguo aparcamiento, desprendiéndose una roca de 1.000 toneladas que estaba pegada al torreón de la muralla. en una zona que no forma parte del área de actuación del proyecto del Palacio de Congresos -aunque ahora se incorporará- y que había sido previamente consolidada con el gunitado (mallazo y revestimiento de cemento de un grosor de unos 8 centímetros) y los anclajes correspondientes. Esa medida permitió que no se produjera un derrumbe, sino un deslizamiento de la roca que se pudo advertir a tiempo para evitar daños personales.

Causas «naturales»

Sobre los motivos del desprendimiento, la responsable municipal explicó que la roca en cuestión, a pesar de las labores de consolidación que se le aplicaron, tenía una fisura situada a ocho metros de profundidad, una línea de fractura que, unida a la lluvia y la humedad, provocó una «situación imprevisible». La concejal negó que las microvoladuras aplicadas en el terreno cercano -que concluyeron el pasado 28 de enero- o el tráfico rodado hayan tenido relación con el desprendimiento, insistiendo en que han sido causas «naturales» que se han manifestado con independencia a los trabajos realizados; «si no hubiera obra, se podría haber caído igual», manifestó.

Para consolidar la zona, los operarios ya trabajan en las labores pertinentes, que consistirán en la colocación de ocho anclajes y el gunitado del terreno, previendo una perforación de doce metros hacia las viviendas para sujetar correctamente todo el terraplén. Previamente, durante este fin de semana se construirá una plataforma para que las máquinas de gran tonelaje puedan empezar a trabajar a partir del lunes, y se dejará para el martes la decisión de abrir el tráfico y en qué circunstancias. Paralelamente, continuarán los trabajos del Palacio de Congresos en la zona más próxima al convento de las Concepcionistas.

El corte de tráfico en la puerta de Bisagra continuará, al menos, durante cuatro días más, por lo que se prevé que se repetirán los atascos que los conductores han sufrido en casi todos los accesos a la capital de Castilla-La Mancha.

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