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Enrique Sánchez Lubián - Esbozos para una crónica negra de antaño (XV)

Plaga de maleantes en el Corpus y las joyas de Soraya

El séquito de la emperatriz fue víctima en 1953 de dos descuideras madrileñas, quienes les quitaron un bolso con alhajas, entre ellas un anillo y un reloj de oro

Aglomeración en la Plaza de Zocodover durante la procesión del Corpus en los años treinta del pasado siglo XX (Foto, Archivo Municipal de Toledo)

ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN

Sabido es que rateros, carteristas y descuideros aprovechan las grandes aglomeraciones para perpetrar sus fechorías. En Toledo , la celebración del Corpus Christi, así como el tradicional mercadillo del «martes», las corridas de toros o las ferias son días claves para que esos delincuentes proliferen ... por los lugares más transitados de la ciudad. Así ha sido desde antaño. Cortadillo, el pícaro literario de Cervantes, ya presumía de haber hecho maravillas en la capital del Tajo, sin que pendiese relicario de toca o faltriquera tan escondida que sus dedos no visitaran ni sus tijeras cortasen sin haber sido corrido por los corchetes de la ley durante los cuatro meses que estuvo ejerciendo su oficio entre nosotros. Este esbozo no se remonta tan lejos, sino al Corpus del año 1931, cuando la presencia de estos amigos de lo ajeno fue tan considerable que al día siguiente en el diario «El Castellano» la reseña de sucedidos locales se presentaba bajo el titular «Una plaga de maleantes».

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