El monolito de la discordia
MANUEL MORENOTOLEDO. José López Barroso tiene 43 años, trabaja en una cantera de su familia en Cadalso de los Vidrios, vive en este pequeño pueblo madrileño y desde el pasado verano mantiene un pulso
MANUEL MORENO
TOLEDO. José López Barroso tiene 43 años, trabaja en una cantera de su familia en Cadalso de los Vidrios, vive en este pequeño pueblo madrileño y desde el pasado verano mantiene un pulso con el Ayuntamiento de Garciotún, en la Sierra de San ... Vicente, donde su madre tiene una finca en la que este escultor aficionado lleva siete años levantando un monolito de granito que es el objeto de la discordia con el Consistorio.
Los problemas para José llegaron con el cambio de alcalde en Garciotún tras las elecciones de 2007. El actual regidor, David Palomares García, del PSOE, aduce la supuesta falta de una licencia municipal y el correspondiente proyecto para llevar a cabo la obra, por lo que el edil ha comunicado a José López que debe proceder al derribo de su monolito, que tiene una altura de unos 10 metros, aunque la intención del escultor es llegar a los 16 metros.
En la cabeza del escultor
Pero esa presunta carencia del permiso municipal y del proyecto no es tal, según la documentación aportada por el artista. José cuenta desde el 21 de junio de 2000 con una licencia de obras expedida por el Ayuntamiento que le faculta a realizar su creación en la finca, situada en la Avenida de Castilla-La Mancha. La autorización, firmada por el alcalde de entonces, Cristino Sánchez Jiménez, también del PSOE, señala que le da derecho a ejecutar «una composición de granito escultural, según la memoria presentada».
En la memoria del proyecto, firmada por el arquitecto técnico Miguel Tofiño Sagredo, se afirma que «en planos, solamente se representa, de modo indicativo y esquemático, la envolvente teórica de cada una de las posibles piezas prismáticas y de la totalidad de la composición, con el objeto expreso del promotor [José López Barroso] de no desvelar la exactitud de su obra».
El escultor no quiere desvelar muchos datos de su proyecto, realizado con granito blanco que extrae de la cantera familiar de Cadalso de los Vidrios. «El diseño lo tengo en mi cabeza y sólo quiero que me dejen terminarlo. La obra representa una historia que tiene cuatro sentidos. Hay muchos motivos por los que levanto este monolito, que da importancia a todos los seres humanos desde su existencia», explica.
Inscripciones
Hasta que el Ayuntamiento le anunció que podría paralizar la obra, José extraía las piezas de la cantera familiar, cincelaba frases en ellas y las trasladaba a la finca, totalmente vallada para impedir el paso de curiosos. Al conocer la intención del Consistorio, dejó de trabajar en su proyecto.
En la escultura hay inscripciones que aluden a la humanidad: «Para y por todos los seres humanos que no tenían derecho a la vida, que no fueron, no son y no serán, pero sí estuvieron, sí están y sí estarán», dedicada a los seres humanos que sufren discriminación o agresiones por su sexo, raza o nacionalidad.
Su autor destaca otra inscripción, dirigida a los individuos que se creen superiores y desprecian a los demás: «Dedicado a los mejores, más inteligentes, quienes se creen dioses, los mismos que nos desprecian. Triste porque todo ser humano tiene un valor, un valor importante».
Tras recibir el primer escrito del Ayuntamiento exigiéndole la pertinente licencia (agosto de 2007), José presentó el permiso en las oficinas municipales. Luego le mandaron por fax un papel con el membrete del Consistorio y escrito a mano supuestamente por el arquitecto municipal (se acompaña de una firma ilegible), pero sin ningún elemento que certifique de manera fehaciente la oficialidad del comunicado.
En este escrito, fechado el 10 de noviembre de 2007 en Garciotún, ya sí se alude expresamente a la licencia de obras del año 2000 presentada por José y a la parte del monolito ya levantada: «Se aprecia discrepancia entre el proyecto presentado y la obra ejecutada, la cual está adquiriendo una altura y volumen muy superiores a las reflejadas en el antedicho proyecto, considerando que el impacto visual es muy negativo, además de otras consideraciones relativas a seguridad, que aconsejan paralizar la ejecución de las obras. Se debe considerar la posibilidad de realizar las demoliciones necesarias para que el conjunto no sobrepase los siete metros de altura que figuran en el proyecto».
«En efecto, en el proyecto pone que no superará los siete metros, porque quizá el arquitecto pensó en una casa, que creo que no debe superar esa altura, pero no entiendo por qué el Ayuntamiento me está poniendo ahora tantas trabas, cuando esto es un bien para el pueblo, para su promoción y sin que le cueste un euro, porque todo lo estoy poniendo yo. ¿Por qué desde el principio no se refirieron a la altura cuando empezaron a pedir documentación?», se pregunta José.
Sobre la escultura pesa una orden de derribo desde el pasado 12 de febrero y su autor tiene menos de dos meses para ejecutarla. Si no, el Ayuntamiento se encargará de hacerlo.
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