El Miradero se «destapa» para dar al Casco «un impulso económico, social y cultural»

07/03/2009 a las 11:32h.

Ayer sólo había miradas y más miradas al Palacio de Congresos; desde el autobús, el coche o caminando por la calle de las Armas. Todos los ojos se dirigían al Miradero, oculto durante los últimos seis años por las complicadas y largas obras del gran proyecto de Rafael Moneo que a primera hora de la mañana se despojó, por fin, de las vallas. Los toledanos recuperan así su «balcón», el «respiradero» del Casco Histórico, como muy bien lo definió el alcalde de Toledo, Emiliano García-Page.

En una mañana algo fría, pero soleada, decenas de personas descubrieron el nuevo aparcamiento -con 584 plazas-, las escaleras mecánicas y, sobre todo, el Paseo del Miradero. La inauguración, pese a tratarse sólo de la primera fase de este gran proyecto, levantó gran expectación. Fue una mañana también de armonía entre todos los grupos políticos, -los del PP, que impulsaron el proyecto, y los del PSOE e IU que lo han continuado-; de recuerdos, como el de aquella roca de un millón de kilos y unos 30 metros cúbicos que se desplomó sobre las obras en marzo de 2006, y también de buenas palabras. Del actual alcalde, al anterior, José Manuel Molina, que asistió al acto invitado personalmente por García-Page y también por Aurelio San Emeterio, concejal de IU y consejero delegado de la EMV, empresa que está gestionando todas las obras. Y de José Manuel Molina a María Paz Ruiz, la que fuera concejal de Urbanismo en los primeros años de la obra y que no pudo asistir al encontrarse fuera de Toledo.

Pero, sobre todo, fue una mañana de futuro y esperanza para estos tiempos de crisis. Ante la vicepresidenta de la Junta, María Luisa Araújo, Emiliano García-Page recordó el compromiso de la Junta de Comunidades de financiar la tercera fase del proyecto, el remonte desde Safont. Una infraestructura que se convertirá en una de las «puertas» de acceso más importantes de la ciudad de Toledo y que supondrá para la ciudad un «cambio de hábito» en el acceso al Casco Histórico. Por ello, esta obra, en palabras del alcalde, será una «pieza clave» para la peatonalización y supondrá un impulso económico, social y cultural para el Casco». Y es que la ciudad de Toledo va a disponer del espacio museístico y cultural más importante de toda Castilla-La Mancha y de los más destacados de España. El Palacio de Congresos será, a juicio del alcalde, «uno de los motores de impulso económico y de dinamismo» de la ciudad, junto con el rehabilitado convento de Santa Fe -que el lunes inaugura la exposición de El Greco- el Museo del Santa Cruz y el del Ejército, que se inaugurará en los próximos meses. Estos edificios formarán un conglomerado cultural sin igual que será «el eslabón para la ejecución del proyecto de museos para Toledo».

Más de 55 millones euros

El alcalde explicó que esta nueva infraestructura para la ciudad costará a los toledanos 55 millones de euros, «12 millones de euros más de lo previsto» y, por ello, mostró su agradecimiento a los ciudadanos «porque son quienes lo pagan» y «por su esfuerzo económico y paciencia «y les pidió que traten «con mimo» las instalaciones. También agradeció al arquitecto Rafael Moneo -de viaje en Estados Unidos- y a su equipo la labor llevada a cabo porque concuerda «con la ambición histórica de Toledo» y manifestó que defenderá la labor de este arquitecto «ante aquellos que siempre, aún hoy, tienen suspicacias con esta inversión».

El alcalde también anunció que ayer mismo envió a la Unesco toda la información relativa a las actuaciones llevadas a cabo en el Palacio de Congresos y a las pretensiones que se tiene con el mismo.

María Luisa Araújo, en su intervención, aplaudió las nuevas posibilidades de desarrollo y de generación de riqueza que el Palacio de Congresos significa para Toledo; ensalzó el alto grado de entendimiento entre todas las administraciones para ejecutarlo y señaló que se convierte en una buena herramienta para los toledanos. El presidente de la Diputación, José Manuel Tofiño, destacó también la la colaboración entre administraciones y el esfuerzo común para lograr este objetivo.