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Manuel Palencia - Opinión

Por una mesa real de Turismo Sostenible

«Ya está bien de palabras. Ha llegado el momento de actuar y de definir, de sentarse y caminar en pos de un futuro juntos, vecinos y turistas y empresarios y políticos»

Por MANUEL PALENCIA

Reflexiono últimamente sobre una línea de pensamiento, que parece va afianzándose en Toledo , entregada a criticar el turismo como un elemento negativo, acultural o perjudicial para la ciudad. Una crítica que, más allá de su legitimidad, (aquí, al fin y al cabo, podemos opinar todos) no pasa de ser la típica conversación de bar, de Facebook o de patio de vecindad con más o menos argumentos, sin mayores pretensiones que las del aplauso de los compañeros de barra, grupo o escalera.

Ya está bien de palabras. Ha llegado el momento de actuar y de definir, de sentarse y caminar en pos de un futuro juntos, vecinos y turistas y empresarios y políticos.

La turismofobia no es una consecuencia del turismo «per se» sino de la mala gestión por parte de la administración del mismo. Recordemos que en los conflictos relativos a la plaza de Cuba el problema no eran los turistas sino los toledanos. Recordemos que en el barrio del Polígono los conflictos no eran por los turistas, sino por las poblaciones conflictivas, los malos olores o el amianto. Una dejación de funciones administrativas siempre ocasiona y enquista problemas.

El trabajo a emprender ahora debe consistir en conciliar turismo y vecindad, crear e impulsar mesas de diálogo entre todos los agentes implicados. Ya propuso esto mismo Cuéntame Toledo hace varios años sin que nadie en el Ayuntamiento recogiera el testigo.

La queja más generalizada de los vecinos es precisamente la falta de escucha y el sentimiento de jugar un papel secundario en cuanto a los objetivos e intereses de los gobernantes de nuestra «polis». Es verdad que las calles son espacios públicos, pero no creo que cueste tanto primar, entender, compensar y satisfacer al sufrido habitante del casco histórico. Hay que hablar de la inspección de los apartamentos turísticos, de la tasa turística, de liberar más espacio público en calles y plazas, facilitar vivienda vecinal y limitar el número máximo de personas por grupo. Es necesario hablar de turismo sostenible. Con valentía y sin ideas preconcebidas.

Los «popes» culturales que se limitan a criticar la labor que realizamos los que contamos la ciudad a los turistas, además de erigirse como máximos defensores del patrimonio toledano y querer entrar a codazos en el selecto grupo de los siete sabios de Grecia, denostan con descaro, desde la ignorancia, la retórica y la demagogia, el proyecto de Toledo que entre todos construimos con mucho esfuerzo.

Parecen pensar estos eruditos, opinadores del «todo», que Toledo está perdiendo oportunidades y vendiendo de saldo su Historia. Es muy posible que no sepan que detrás de esos tan denostados paragüas de Zocodover está el hilo discursivo para entender y disfrutar de esta ciudad; es muy posible que no sepan (ni quieran saber) que los viajeros que llegan a Toledo llevan en sus corazones la misma ilusión que ellos cuando llegan a Palermo, Florencia, Amsterdam o París; (esas ciudades que nos dejan pisar); que cuando recorren sus calles abren la boca y los ojos ante la escondida belleza de sus monumentos; y que cuando se marchan llevan en su memoria las figuras del Greco, Cervantes, Lope de Vega, Rilke, Bécquer, Silicio, Mendoza, Cisneros o Los reyes «Alfonsos» . Y lo hacen gracias a la labor de los guías turísticos, salvando vergonzosas excepciones. Porque ejemplos tenemos todos.

Es verdad, que el turismo oriental también está presente y que es uno de los que más masifica la ciudad. No sabemos qué traen en sus también dignas cabezas, ni qué se llevan. Nadie lo sabe. Ya que nadie se ha preocupado de ordenar su discurso, ni de averiguar lo que cuentan y cada vez son más numerosos los que llegan a Toledo sin guía oficial acompañante y por libre, y cuando sí lo llevan, el guía coreano no traduce las palabras del guía oficial español, sino que relata nadie sabe qué. Creo que es ese turismo el que hay que ordenar, ese que incumple las normas dictadas por la Dirección General de Turismo(¹) y engrosa vergonzosamente las cuentas corrientes de fábricas y guías oficiales con dinero negro en comisiones, destruyendo el pequeño y frágil comercio toledano. También tienen derecho a llevarse una idea cabal y admirativa de la ciudad y no esa imagen racista de chinos a los que saquear que les estamos otorgando.

El Puy de Fou, la colección Roberto Polo , el euro turístico transparente, los aniversarios de Alfonso X el sabio, Benito Pérez Galdós, Baltasar Elisio de Medinilla o el fondo Kati, suman. La mezquita cerrada de Tornerías, los abandonados tintes medievales de Tenerías, el olvidado salón Rico de Trastamara, el expectante yacimiento de Vega Baja, la cloaca del río Tajo o los opinadores irredentos, restan.

Estamos en la ciudad turística por excelencia porque es la ciudad más rica históricamente de toda España, en la Nueva York del siglo XVI. Háganse cargo.

(¹) Decreto 96/2006 de 17-07-2006, de Ordenación de las Profesiones Turísticas en Castilla La Mancha. Artículo 4.- Obligaciones de los Guías de Turismo. e) No actuar como intermediarios en establecimientos comerciales. f) Informar en el idioma acordado con los usuarios .

Manuel Palencia es historiador y socio fundador de «Cuéntame Toledo»

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