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«A los escépticos de Vega Baja les diría que estamos ante una auténtica ciudad visigoda»

A punto de cumplir un año al frente de «Toletum Visigodo», el arquitecto Diego Peris hace a ABC balance de su gestión. Gracias a su perfil técnico y moderado, ha logrado que baje el tono de la polémica sobre Vega Baja en una ciudad que, según sus palabras, ha aprendido la lección de que «la arqueología tiene que ir antes que el urbanismo». Mientras se completan las piezas del complicado puzzle arqueológico de esta extensa zona en pleno corazón de Toledo, Peris va dando pasos firmes, sin armar mucho ruido, para adecentar rotondas, viales, accesos, aparcamientos e, incluso, instalar mobiliario urbano y sanear árboles.

-Recientemente ha rendido cuentas de este primer año al Consejo de Administración. ¿Cómo le fue?

-Hemos rendido cuentas del Plan Estratégico que definía las directrices de lo que queríamos hacer. Este año se ha logrado que de las 80 hectáreas a proteger, prácticamente el 70% esté ya declarado Bien de Interés Cultural. Y en 2008, además, se ha incoado el expediente para declarar conjunto histórico de todo el recinto de la Fábrica de Armas. Eso quiere decir que todo el territorio estará pronto protegido.

-Este año van a seguir los trabajos. ¿con cuántas personas se va a contar?

-Gracias a la aportación de la Consejería de Cultura y del denominado 1% cultural del Ministerio de Cultura, vamos a contar con un equipo de unas sesenta personas hasta noviembre y otras 20 realizarán trabajos de documentación y restauración el resto del año. También queremos incorporar un Taller de Empleo de 30 alumnos que trabajarán en labores formativas en los proyectos de arqueología, conservación y consolidación de estructuras del yacimiento.

-Al mismo tiempo han comenzado las obras en la zona. La retirada de la Puerta de Obreros fue un momento especial para muchos toledanos.

-Sí, porque tiene un valor afectivo muy fuerte por la importantísima vinculación que tuvo la Fábrica con esta ciudad. En los años 30 una de cada seis familias tenía a alguien trabajando. Y cuando sonaba la sirena se oía en todo Toledo y cuando había un accidente todo el mundo estaba preocupado. Eso ha hecho que miles de personas que han ido pasando por allí tengan esa vinculación afectiva y muy personal. La puerta de Obreros va a seguir allí porque es una oportunidad de conservar una ciudad industrial de primera categoría.

-Usted trabajó como arquitecto de la Universidad muchos años en el campus de la Fábrica. No le habrá costado mucho su traslado, a sólo unos metros.

-Bueno, ha sido una oportunidad de ampliar territorios. Estuve diez años trabajando en la Fábrica; he hablado en todas parte del campus, en la Escuela de Arquitectura de Madrid, lo he explicado en Sevilla y también en México, en Chile... A veces no nos damos cuenta de lo que tenemos cuando estamos demasiado próximos. Y una transformación de una fábrica industrial como esta en un campus universitario es un ejemplo que se valora de manera muy importante en muchos ámbitos de la arquitectura y, sobre todo, en el patrimonio industrial, que es un tema que está muy de moda. Y que de pronto la Fábrica tenga delante un espacio libre, sin urbanizar, comienza a ser un valor que todavía le da más importancia e interés a este recinto. Habría sido distinto si se hubiera construido un centro comercial frente a Sabatini.

-¿Qué cree que falló en la ciudad para que el proyecto de Vega Baja estuviera años dando tumbos?

-Yo creo que no debemos utilizar la Vega Baja. Nadie, ni un partido, ni otro en contra de otro. Creo que hubo buena intención del PP en su momento de hacer una urbanización que creía positiva para la ciudad.

-Pero, fue también con el apoyo del PSOE.

-Claro. Todo el mundo pensaba que el desarrollo urbanístico de esta zona podía ser razonable.

-Está claro que no fue así. ¿Qué lección cree que debe aprender la clase política de todo esto?

-Creo que hemos aprendido una lección y es que la arqueología debe ir antes que el urbanismo y la arquitectura. Antes de tomar decisiones urbanísticas debemos saber qué facilidades tenemos en ese lugar de ir adelante con el proyecto. Vega Baja era un caso muy singular porque cuando esto ocurre en una zona acotada es distinto, como con el convento Madre de Dios, cuyos restos arqueológicos hicieron cambiar radicalmente el proyecto. Es verdad que por las dimensiones de Vega Baja era un caso distinto porque se pensaba que no tenía entidad suficiente. Lo que sí es verdad es que tenemos que rectificar nuestros errores y había que arreglarlo.

-¿Quién cree que se equivocó?

-No se trata de incidir en quien se equivocó o quien dejó de equivocarse con Vega Baja. Lo que tenemos ahora mismo es un proyecto abierto, con todas las posibilidades y que necesitamos a todo el mundo, necesitamos el apoyo de todos.

-¿Cómo convencería de la importancia arqueológica de Vega Baja a determinados sectores que aún piensan que la paralización fue una argucia política?

-Le diré que los materiales arqueológicos que están saliendo de las campañas arqueológicas de estos dos últimos años nos indican que estamos en la presencia de una auténtica ciudad visigoda. Había fábrica de monedas, calles, estructuras viales, edificios residenciales, urbanos...

-¿En qué punto está la excavación?

-La excavación está en un punto incipiente, tenemos que reconocer que estamos empezando, pero que estamos ante un yacimiento con una importancia histórica muy grande porque es un momento histórico que la ciudad de Toledo no conocía y no teníamos apenas información. Los textos históricos nos hablan de la ciudad de arriba,de abajo, del suburbio, pero la excavación nos tiene que seguir aportando datos. Una oportunidad de tener un territorio libre como éste, con un yacimiento de esta importancia hay que saber aprovechar y hay que seguir manteniendo este territorio protegido y libre, dejando que los arqueólogos vayan realizando su trabajo.

-Pero, la ciudad también tiene que seguir su ritmo.

-¡Claro! No es incompatible la existencia de este yacimiento con que la ciudad siga su vida y su ritmo. Y vamos a dejar los accesos en condiciones, para que la gente haga compatible la vida actual con el hecho de proteger una parte de la historia.

-De hecho, en Toledo a la avenida de Más del Ribero se le conoce como «el paseo el colesterol» por la cantidad de gente que sale a pasear.

-Es cierto, está siempre lleno de señores y señoras. Y también se va a mejorar, con el primer carril-bici de Toledo. Y todo este entramado se unirá con el Nudo Norte. Vega Baja tiene que comunicarse con la ciudad, aunque no como decía el POM, que dibujó una gran avenida que no existe y que no va a existir. Ahora son viarios que evidentemente van a asumir tráfico pero van a ser compatibles con el paseo agradable de casi kilómetro y medio.

-Y, con el yacimiento, ahora sólo se ven matorrales. ¿cómo se va a proteger?

-Se cerrará y se podrán verse estructuras de mayor potencia. La idea es construir un pequeño edificio de interpretación sobre la historia visigoda, que sea visitable no sólo en jornadas de puertas abiertas.

-Todo esto al margen del gran museo. ¿Se ha definido ya su estructura?

-Hemos empezado a decidir qué es este edificio, que tendrá un museo, un centro de interpretación del sitio y un centro de investigación. Será un museo que abarque la historia de Toledo desde el siglo I hasta el siglo X. Estamos preparando un gran concurso internacional al que hemos invitado a Dominque Perrault, Jean Nouvel, Toyo Ito y Juan Navarro Baldeweg, entre otros.

-¿Para cuándo?

-Espero que en dos tres años las obras hayan empezado, se haya redactado el proyecto, se haya licitado la obra, que hayamos hecho las excavaciones arqueológicas necesarias previas y que la obra esté empezando.

-¿Dónde está previsto su construcción?

-En el antiguo campo de fútbol del Santa. Parece pequeña, pero es una parcela de 35.000 metros cuadrados. Va a ser una buena zona, está cerca del conjunto de la ciudad, en medio de todo el recinto, próxima al Circo Romano y al campus.

-¿Cómo se ha recibido el proyecto en la jornada de puertas abiertas? ¿Cree que hay interés en la ciudad en conocer lo que hay?

-Entre jornadas y exposición fueron más de 4.000 las personas que pasaron en pocos días por allí. Hicimos una encuesta y era un porcentaje abrumador de mayorías que decían que sí a los estudios arqueológicos.

-Pero, reconozca también que también hay un cierto nivel de escepticismo.

-Es cierto. Y esa labor de pedagogía la tenemos que hacer. Una cosa sencilla es una nuestra página web que ya lleva 3.600 visitas, muchas de ellas de México y Japón. Y contamos también con un equipo científico de calidad, como los directores científicos Ricardo izquierdo y Lauro Olmo o Ramón Villa, que nos facilita toda la gestión administrativa desde la Consejería de Cultura.

-Queda un asunto pendiente, toda la Vega Baja II ¿Qué va a ocurrir en esa zona? ¿Va a estar allí El Corte Inglés?

-Estamos esperando los resultados de la empresa francesa encargada de las prospecciones geotécnicas realizadas en esa zona. Y en base a esos resultados habrá que tomar las decisiones que se consideren oportunas y definitivamente decidir si se puede construir o no en la zona. Esta es la lección de la que hablaba antes, primero vamos a saber qué tenemos antes de decidir poner aquí determinadas cosas.

-¿Se conoce un avance?

-No, aún no. Se hizo en enero y los resultados están a punto. La empresa vendrá a presentarlo.

-¿Qué fiabilidad tienen estos estudios geotécnicos?

-Es un carrito con unas ruedas dentadas que va mandando una corriente eléctrica que mide la resistencia del sitio. Esto va a permitir detectar si hay estructuras más potentes y eso lo va haciendo a 50 centímetros, a un metro y a un metro y medio. Además, vamos a conseguir también un mapa geológico del territorio; de hecho esta tecnología se usa mucho para temas agrícolas. El estudio lo queremos concretar con una serie de sondeos puntuales, pero más precisos.

-La oposición del Ayuntamiento se queja de que la Vega Baja está abandonada, que no hay casi nadie trabajando allí.

-¡Hombre! Hemos tenido en el período de verano a cerca de 90 personas trabajando y la inversión que hemos en arqueología ha sido de cerca de un millón de euros. El otro día lo explicaba y cualquiera que sepa algo de arqueología lo entenderá y es que éste es un trabajo que tiene un ritmo totalmente distinto al de la obra pública de la arquitectura y tenemos que estar pensando en que ese yacimiento va a seguir investigándose dentro de 10 años y dentro de 20 años. Y lo que se tiene que plantear es con el suficiente rigor y seriedad y con la suficiente continuidad. No me gustaría que este año llegaran diez millones y el año que viene ninguno. Lo que hay que garantizar es una continuidad de equipos y de gente. Lo que ocurre es que tenemos unas dimensiones increíbles.

-¿Se imagina algún día viviendas en esta zona?

-No, todo el mundo lo tiene claro ya, aunque se oigan algunas cosas de vez en cuando. Es una lección que ya tenemos aprendida. Esto no quiere decir que hagamos una biblioteca, un centro de salud, un centro socio cultural, instalaciones deportivas... Eso podría pasar algún día si hay alguna parcela en donde no haya nada. Incluso, apartamentos para estudiantes, para darle vida. No hay que darlo por perdido, pero todo un proceso edificatorio, no. Está más claro que el agua.

-Usted fue viceconsejero de Cultura cuando se aprobó el recordado proyecto de rehabilitación Toledo a Plena Luz y ha trabajado en la rehabilitación del campus de la Fábrica ¿Le sigue sorprendiendo esta ciudad?

-Mucho, ¡Fíjese que he presentado mi tesis hace pocos años y trató sobre la restauración de Toledo monumental!

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