CASTILLA-LA MANCHA
Profesionales de la psicología piden más ayuda para salud mental ante el aumento de casos
Según los últimos datos, subieron un 18% la derivación de niños y jóvenes a unidades de salud mental. Por eso, piden la introducción de la psicología clínica en la atención primaria sanitaria
Más de un millar de farmacéuticos de Castilla-La Mancha se ha formado en salud mental
Toledo
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Iniciar sesiónLa María (nombre ficticio) de antes de la pandemia, de tan sólo 15 años, era demasiado rebelde, un potro desbocado. Pero, de pronto, vino la Covid-19 y lo cambió todo. Esa adolescente, llena de vitalidad y con un futuro en el horizonte cargado de ... ilusiones, se convirtió en un ser gris, pesimista y se metió en un agujero sin fondo. Así relata lo vivido en los últimos tres años esta joven, que ahora tiene 18 años recién cumplidos y a la que, como le ha ocurrido a muchos chicos y chicas de su edad, el coronavirus les cayó encima como una losa.
Su testimonio evidencia un problema cada vez más presente en la sociedad actual, como la salud mental, que refleja las carencias de la administración y de la sanidad pública para dar respuesta a la creciente demanda de ayuda psicológica, especialmente entre los jóvenes. Algo que hace necesaria la aplicación de medidas encaminadas a actuar rápidamente para evitar que esos trastornos mentales vayan a más y que la única solución no venga dada únicamente desde la farmacología.
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Mariano CebriánCada año, se atienden de media entre 13.000 y 15.000 urgencias relacionadas con este tipo de patologías, se dan más de 60.000 consultas y se hacen más de 400.000 seguimientos terapéuticos
En este sentido, es digna de reseñar la aprobación, la pasada semana en La Rioja, de una ley de Salud Mental. Es la primera de toda España, pretende paliar las alarmantes cifras de casos relacionados con estas patologías y propone elevar la ratio a 18 psicólogos por cada 100.000 habitantes. Un porcentaje que va incluso más allá de la reclamación de los propios profesionales y que equipara a esta comunidad autónoma con lo que hay en otros países europeos.
En Castilla-La Mancha, sin embargo, no se plantean el desarrollo de una iniciativa legislativa de este calibre. Tras conocerse el ejemplo riojano, este diario preguntó a fuentes de la Consejería de Sanidad por la posibilidad de llevar a cabo algo similar, pero la única contestación que han ofrecido es que «aquí nuestra hoja de ruta es el Plan de Salud Mental 2018-2025».
Este plan, según indica el consejero de Sanidad castellanomanchego, Jesús Fernández Sanz, supone «el impulso y el compromiso del Gobierno regional por mejorar la autonomía y la calidad de vida de las personas con problemas de salud mental y de sus familias, y de avanzar socialmente hacia un nuevo entorno en el que puedan vivir de forma normalizada y libre de todo estigma social». Pero, a la pregunta de si esta estrategia se va a reflejar en la contratación de más profesionales o en una mejor atención para hacer frente al aumento de casos que llegan a la sanidad pública, dan la callada por respuesta.
De hecho, si atendemos a los últimos datos dados a conocer en una rueda de prensa por el mismo consejero de Sanidad, hace poco más de un año, en Castilla-La Mancha subieron un 18% la derivación de niños y jóvenes a unidades de salud mental. Una cifra más que preocupante, teniendo en cuenta además que la gran mayoría de los casos -un 92%- están relacionados con el uso de las TIC (tecnologías de la información y comunicación), adicciones, trastornos cibernéticos y trastornos adaptativos.
María recuerda que por su cabeza, más de una vez, pasó la posibilidad del suicidio como una solución a las «preocupaciones» que la pandemia originó en su día a día, más allá de los propios de su edad por aquel entonces. «Tras un largo tiempo de espera para ver si era pasajero, mis padres me llevaron al médico y me diagnosticaron depresión, ansiedad y trastorno adaptativo», cuenta esta joven, que tuvo que dejar sus estudios de secundaria sin terminar y que ahora ha retomado.
A ello, dice, se sumaron los trastornos alimenticios, lo cual empeoró aún más las cosas. «No sabía cómo enfocar mi futuro y lo que me estaba pasando», rememora todavía con un nudo en el estomago. «La medicación que me mandaban como tratamiento me hacía totalmente insensible y yo, al menos, creía que necesitaba otro tipo de terapia, que era ponerme pautas o algo más psicológico que psiquiátrico», reconoce.«
«Esto debería ser un derecho de los ciudadanos dentro de la salud pública y no tener que gastarse su dinero para tratarse por estos trastornos»
María Dolores Gómez
Decana del Colegio de Psicología de Castilla-La Mancha
Esto es en lo que incide la decana del Colegio Oficial de Psicología de Castilla-La Mancha, María Dolores Gómez: más allá de una ley de Salud Mental, a nivel estatal o autonómico, pide la introducción de la psicología clínica en la atención primaria con unidades específicas «para prevenir y actuar rápidamente». «Esto debería ser un derecho de los ciudadanos dentro de la salud pública y no tener que gastarse su dinero para tratarse por estos trastornos», afirma con rotundidad.
Proyectos experimentales
Según explica, en algunas comunidades autónomas se han desarrollado en los últimos años proyectos experimentales en sus sistemas sanitarios de atención para dar respuesta a estas situaciones, algo que no se contempla en esta región. «El objetivo es ser más eficaces en la detección temprana y en una intervención precoz, con el fin de evitar un tratamiento farmacológico», apunta Gómez, quien confirma un hecho: «El aumento de casos de salud mental debido a la pandemia y otras cuestiones, como son las difíciles condiciones socioeconómicas de mucha gente». Algo que, indica, «se ha cebado con los más vulnerables y con patologías previas».
Por no hablar de los jóvenes, alerta la representante de los psicólogos de la región. Señala que, «en un mundo como el actual, tan condicionado por la imagen y por la absoluta dependencia del uso de las nuevas tecnologías, internet y las redes sociales, se ven abocados a un problema de autoestima y socialización cada vez más extendido». Por eso, otra de las propuestas que ofrecen desde el Colegio de Psicología de Castilla-La Mancha es el desarrollo de actuaciones y la presencia de profesionales en la materia, incluso en los propios centros educativos para prevenir ciertas conductas.
Aun así, María Dolores Gómez resalta el trabajo del departamento de Psicología de Albacete, dentro de la Facultad de Medicina y con profesionales sanitarios del hospital, para preparar a los futuros psicólogos que tratarán estas patologías. Pero «también es esencial la educación emocional de la misma población, para que sepa gestionar sus problemas y no tenga que ponerse siempre en las manos de un profesional», advierte. Por eso desde el colegio de psicólogos y otros organismos imparten cursos y terapias grupales, que son muy útiles.
María da fe de ello. Para ella, poner en común lo que le pasaba con otras personas que están en su misma situación fue esencial, o el mero hecho de hablar con alguien y no estar encerrada entre cuatro paredes, como nos sucedió a muchos durante largos meses que se hicieron eternos. «Para mí, quedar con mis amigos me supone un bienestar emocional porque me siento escuchada y me siento cómoda, sin que nadie me juzgue», asegura esta joven, que concluye resignada, aunque con una leve sonrisa: «Sigo en la oscuridad, pero ahora, por lo menos, veo luz al final del túnel».
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