Page, victorioso pero humilde: «Yo no soy el puto amo»
Pide a su nueva ejecutiva honradez, sencillez, humildad y sentido común: «Voy a dejarme la piel por esta tierra»
Page, reelegido al frente del PSOE de Castilla-La Mancha con el 99,4% de los apoyos y sin votos en contra
Quizá para no sentir tanto el peso abrumador de la victoria, Page quiso rebajar ayer sus inevitables dosis de triunfalismo proclamando que «ni nos creemos los reyes del mambo ni yo soy el puto amo», pero lo cierto es que muchos en su partido sí piensan que lo es. Solo hay que remitirse a los datos. El secretario general del PSOE de Castilla-La Mancha y presidente autonómico ha resultado reelegido este domingo como líder de la federación socialista castellano-manchega con el 99,4% de los votos en el 13 Congreso que ayer se clausuró en Toledo tras su apertura el sábado, día que contó con la presencia del presidente del Gobierno y líder del PSOE, Pedro Sánchez.
La nueva Ejecutiva de Page recibió ese 99,4% de apoyos por parte de los 331 delegados presentes, que solo depositaron dos votos en blanco frente a 329 síes. En el Congreso, el Comité de Acción Política recibió 330 votos a favor, uno en blanco, para un 99,9% de los apoyos favorables; el Comité de Ética, 326 apoyos, dos votos nulos y tres en blanco, para un 98,48% favorable; la Mesa del Comité Regional, 327 síes y tres votos en blanco, un 99,09%; y la Delegación al Comité Federal, solo dos votos en blanco, un 99,4% de apoyos.
En la nueva ejecutiva socialista, Sergio Gutiérrez sigue siendo secretario de Organización y Cristina Maestre, vicesecretaria general. Así pues, el nuevo mandato de Page en el seno del PSOE para los próximos cuatro años estará marcado por la continuidad, con una Ejecutiva compuesta por 59 personas, con mayoría de mujeres.
Antes de su discurso, Page -que lidera el PSOE de Castilla-La Mancha desde 2012-, recibió los elogios de la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, la ciudadrealeña Isabel Rodríguez, que asistió por segundo día consecutivo al congreso del PSOE en Toledo. «No puede haber nadie mejor para concretar el valor de esa igualdad, la defensa de nuestros valores y articular esa unidad en esa esencia propia del PSOE de Castilla-La Mancha que contribuye a los valores y a la defensa del PSOE». Añadió que «esta tierra y el Partido Socialista no se pueden separar» ya que «es el partido que la alumbró, que la vio nacer, que la crió, es el partido que la impulsó y es el partido que la desarrolla sin complejos hoy ante otros territorios».
También se refirió a los retos de los próximos cuatro años: «tenemos que pensar en ganar elecciones» trabajando «en cada agrupación, en cada municipio, para volver a gobernar, para que cuando llegue ese año 27 podamos presumir de haber reconquistado esos ayuntamientos, esas diputaciones, de poder llegar más allá con nuestras políticas».
Anécdota en un mitin de Alfonso Guerra
Un consejo este de la ministra que más que a Page parecía mandárselo a su propio jefe de filas, Pedro Sánchez, porque el presidente de Castilla-La Mancha sabe, y mucho, de lo que es ganar elecciones, incluso en esos momentos en que tan mal se pasa «hasta que salta la mayoría absoluta», ha contado Page durante su posterior discurso, en referencia a la última noche electoral cuando se retrasó tanto el dato que le permitió sentarse de nuevo en el sillón del Palacio de Fuensalida.
Con una larga y fuerte ovación fue recibido ayer Emiliano García-Page cuando ya toda su nueva ejecutiva estaba sentada en el escenario frente a la nutrida concurrencia del congreso. Visiblemente emocionado, fue abrazado por todos y cada uno de ellos este socialista que con solo 16 años -contó- se presentó en un mitin de Alfonso Guerra y se puso en primera fila, hasta que lo invitaron a levantarse porque la silla estaba reservada para el secretario general del PSOE castellano-manchego, Miguel Ángel Martínez, presente ayer en el acto.
Lo suyo con el PSOE, lo de estar en política «es personal y no voy a pedir perdón; hoy votaría al PSOE con más convicción» porque «sabemos lo que queremos y cómo y con quién hacerlo», y auguró que en el próximo congreso del partido «estaremos todavía mejor y Castilla-La Mancha estará mejor», pareció decirles a «esos dos que se han abstenido», a los que agradeció una postura que a él le sirve de reto para mejorar.

Se le veía contento a Page y reiteró que «me siento muy querido». Por ello, quiere retribuir ese cariño con «lo que más puedo hacer: me seguiré dejando la piel por esta tierra». Destacó el clima de «estabilidad, certidumbre, diálogo, pactos con todos» para hacer una «sociedad más moderna, competitiva, abierta y que no pierda nunca de vista la justicia y la igualdad». Y proclamó que «creemos en una sociedad que dignifique a sus instituciones; necesitamos que la gente crea en la política en serio».
En cuanto a la dignificación de la vida pública, proclamó que «el Palacio de Fuensalida nunca se va a alquilar...otros entran en política para beneficiarse o para mandar, se suben en el coche oficial y son más tontos que nunca: a esos no los queremos».
Llamadme Emiliano
Sobre la gente de a pie, a esa que le vota o no le vota, esa que «me gusta que me llame Emiliano», les dijo que «mi mayor objetivo es que nadie se acueste por la noche con miedo al gobierno porque los gobiernos son para arreglar problemas, no para crearlos». Y es que, a veces, «nos interesa tanto ganar que a veces olvidamos que estamos al servicio de la gente». Por eso, expresó que «no saben lo hermoso que es que en un pueblo te pidan un banco para la plaza y pasar al mes siguiente y que el banco esté allí. Eso es hermoso, hacer cosas».
Page quiere que Castilla-La Mancha «siga siendo un espacio libre de frentismo y populismo», que el PSOE sea «una organización sana y honesta» y que «se pueda meter la pata, pero nunca la mano: aquí está prohibido meter la mano», subrayó, al tiempo que pidió «disculpas a la gente que no hemos atendido como se merece». En esa línea de humildad, Page prosiguió: «No nos creemos los reyes del mambo ni yo soy el puto amo»; «no queremos la política espectáculo ni proyectos que no son realistas sino pretenciosos; sino ser capaces de cumplir con lo que prometemos».
Con la nueva ejecutiva escuchándole, pidió cuatro cosas a sus miembros: «honradez, sencillez, humildad y sentido común», para con ellas «defender a esta tierra». Y se despidió declarando que «quiero a esta tierra como a mi familia, y sabéis que me ha traído problemas con mi familia. No sabría explicar mi vida sin el PSOE. Pero si llega el momento en que tenga que poner en un lado de la balanza los votos que necesita el PSOE y en el otro lado los intereses de Castilla-La Mancha, que sepáis que siempre Castilla-La Mancha estará por delante».
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