Page defiende que el nuevo Estatuto de Castilla-La Mancha «no se mete con nadie ni reclama competencias»

El presidente precisó que esta actualización responde también a las carencias detectadas durante la pandemia. «Con el curso de los acontecimientos nos dimos cuenta, por ejemplo, en el covid, de que teníamos algunos defectos en el funcionamiento de la administración. No tanto de la administración como del hecho de que la comunidad autónoma, el gobierno regional, no puede promulgar decretos leyes como sí hace el Estado, que para casos de extrema urgencia son necesarios. No para hacerlo todos los días, pero sí para casos de extrema urgencia», explicó.

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«Esperamos que no haya sorpresas, que salga adelante y que avancemos en la aprobación de una norma que es vital para Castilla-La Mancha», ha dicho la portavoz, Esther Padilla

El presidente subrayó que la reforma no pretende abrir conflictos territoriales ni reclamar nuevas competencias. «Es un Estatuto que no se mete con nadie, que no reclama competencias, que no entra en controversia con otras autonomías. Hay algunos estatutos aprobados en España que pueden ser agresivos para la realidad de otras regiones. Nosotros no hacemos eso», defendió.

García-Page insistió en que el texto es coherente con el espíritu constitucional de 1978 y que busca mejorar la eficiencia del modelo autonómico. «Es un Estatuto milimétricamente leal a la Constitución, al fondo y al espíritu. Para eso nacieron las autonomías en el 78: básicamente para lo que estamos haciendo nosotros aquí, donde el 90% del gasto es sanidad, educación y prestaciones sociales», explicó.

El presidente destacó también la importancia del modelo autonómico como garante de la igualdad entre los españoles y advirtió de que sin él se habría generado una fractura territorial. «La ventaja es que se evita la peor fractura imaginable, la de que tres comunidades históricas tuvieran una velocidad y el resto otra. Eso hoy estaría creando infinidad de crispación, tensiones territoriales y una sensación de agravio y de inviabilidad constitucional», argumentó.

En este sentido, rechazó las tesis que plantean una «España plurinacional» y defendió el papel de las comunidades autónomas como garantes de la cohesión. «No es una España plurinacional, es una sola nación que decide organizarse de manera descentralizada para acercar los servicios públicos a la ciudadanía y ha sido muy útil. Es lo que ha permitido acelerar la sanidad y la educación, porque somos 17 motores», subrayó.

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García-Page aseguró además que las comunidades están siendo más firmes que el propio Gobierno de España en la defensa de la igualdad entre los territorios. «La igualdad entre los españoles la estamos defendiendo más desde las autonomías, porque no permitimos que muchas cosas salgan adelante en la búsqueda de privilegios. Si la igualdad depende del Gobierno de España, que a su vez depende de los nacionalistas, el riesgo es evidente», afirmó.

Por último, reiteró su compromiso de mantener la reforma dentro del consenso político alcanzado con el Partido Popular. «Queremos actualizar el Estatuto con un compromiso establecido desde el primer momento: que sería por consenso. Si no hubiera habido consenso PP y PSOE, tampoco lo habríamos propuesto», concluyó.