Milagros Tolón, «material de Estado»

Subrayó el «carácter dialogante» de su compañera de partido después de que Tolón prometiese el cargo sobre un ejemplar de la Constitución de 1978 y hablase durante un cuarto de hora. En esos quince minutos, la nueva delegada del Gobierno desgranó con lenguaje inclusivo sus intenciones y su «leal colaboración» con todas las administraciones y los 919 ayuntamientos de la región. También se dirigió a colectivos varios: desde empresarios a sindicatos, pasando por asociaciones de personas con discapacidad, culturales o deportivas, así como a las distintas confesiones religiosas, «especialmente a la Iglesia católica».

Vestida de azul oscuro y luciendo una coleta baja, se acordó de su familia, amigos y compañeros con los que durante su trayectoria política «he compartido, he sufrido, he llorado; hemos tenido ilusiones, retos, trabajos y proyectos». Les agradeció que le hayan hecho «mejor persona» y confesó que a ellos «os debo parte de mis éxitos».

Arropada por autoridades de numerosos colectivos, afirmó que ejercerá su flamante cargo «con absoluto respeto a la Constitución, al Estado de derecho y a la defensa del interés general». Siempre con la personalidad que la define: «Proximidad, cercanía y con las puertas abiertas a todo el mundo». Y tuvo palabras hacia los cuerpos y fuerzas de seguridad, a los que manifestó «mi respeto, mi consideración, mi apoyo y mi admiración».

Después de citar algunas políticas puestas en marcha por el Gobierno de Pedro Sánchez, aludió a su compromiso de «dedicar el máximo esfuerzo» a luchar contra la «lacra» de la violencia machista: «Mientras haya asesinatos y malos tratos contra las mujeres, no habrá verdadera libertad ni tampoco igualdad». Por eso, añadió, hay que «ser inflexibles ante el negacionismo de la violencia machista».

Y al ministro de Transportes, Óscar Puente, quien estuvo en el estrado pero no intervino, le agradeció la aprobación del trazado definitivo para la creación del tercer carril de acceso entre los barrios de Santa María de Benquerencia y Santa Bárbara. Y tampoco perdió la ocasión para dejar claro que seguirá peleando para que el Tajo mejore; un río que presenta un aspecto censurable a su paso para la ciudad de la que Tolón fue alcaldesa ocho años.

Antes de terminar, se despidió con frases de reconocimiento a la labor de su antecesor, Francisco Tierraseca, porque su «extraordinaria» gestión coincidió con la pandemia, el temporal Filomena y varias danas. «Recojo el testigo con humildad y con tu forma de actuar me has marcado el camino a seguir», le dedicó.

Tierraseca ya había dirigido unas palabras «a la compañera Milagros» al principio del acto. «Paso el testigo a una mujer con la que comparto una inquietud muy concreta: que en nuestra tierra se apliquen acciones políticas progresistas que lleguen a toda la población, con justicia social, con cercanía y, sobre todo, con humanidad», deseó.

Sobre su mandato, el exdelegado lo resumió con una frase: «La acción política del Gobierno de España le ha sentado bien a Castilla-La Mancha». Y a su reemplazo le auguró un futuro próspero: «Mi querida Milagros, estoy convencido de que en esta legislatura, la decimoquinta, te va a ir mejor que hasta ahora».

Puigdemont no estaba, pero quizá sí se le esperaba. Por lo menos en alma. No se escuchó su apellido, pero el presidente regional, Emiliano García-Page, pareció invocarlo delante de Óscar Puente. Ocurrió cuando lanzó un mensaje a «alguien» que en España tiene «el privilegio de poder mandar más de lo que se corresponde con su porcentaje» de votos; o que se cree con derecho a más beneficios. «En esta sala se puede decir que la pluralidad, la diversidad, es riqueza. Pero no puede ser, bajo ningún concepto, excusa para tener más. Y esto es algo muy importante que defendamos», soltó. «Desde luego, lo tengo claro por el Gobierno de España, que nos representa a todos, y que no renunciamos a defender desde cualquier rincón del país», abrochó.

Antes de su turno, García-Page había levantado varias veces su cabeza para mirar la bellísima techumbre de madera, una obra policromada sobre estaño. Lo hizo durante las intervenciones de la protagonista del acto y de la ministra de Vivienda y Agenda Urbana, quien también habló de lo suyo y de «culminar una obra»: el derecho del acceso a una vivienda digna a un precio asequible.

Cuando le tocó, García-Page aseguró que iba a trabajar «codo con codo» con Tolón. Y mentó la Constitución de 1978, la igualdad entre los españoles y tener los mismos derechos. Desde el corazón de la hermosa sinagoga, sede del Museo Nacional Judío, dio el viaje a Puigdemont ya relatado. Y lo remarcó con este zasca: «No nos consideremos el ombligo del mundo» por estar en esa bella sala y la importancia histórica de Toledo. «Pero tampoco estamos en condiciones de admitir lecciones de historia de cualquiera. Y menos aún de los que quieren inventarse la historia». Luego, felicitó a Milagros, «material de Estado».