Los embalses de Castilla-La Mancha siguen agonizando pese a las lluvias
La Mancomunidad del Río Pusa es un buen ejemplo de este problema, que amenaza con cortar el suministro de agua. Sin embargo, desde la Junta descartan restricciones de momento
Toledo
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Iniciar sesión«Pastores y labriegos: los pies en la tierra, la mirada en el cielo». Con este dicho popular, tan extendido por las zonas rurales, muchos pueblos sacan a sus santos y a sus vírgenes a modo de rogativa para pedir que llueva. Una imagen propia ... de tiempos pretéritos, pero quién sabe si no se repetirán de seguir así las cosas. Las últimas lluvias siguen siendo escasas y en muchos puntos de la geografía castellanomanchega la falta de agua está haciendo difícil la vida para los pobladores de estas zonas.
Uno de esos lugares que atraviesa por una complicada situación es la Mancomunidad del Río Pusa, que abastece de agua a una decena de localidades de la comarca. Alberto Lucero es el alcalde de San Martín de Pusa, así como presidente de esta organización que agrupa a todos ellos, y según afirma a ABC, «la situación de la presa es alarmante, a pesar de que las lluvias de las últimas fechas trajeron un poco de agua, pero ni mucho menos suficiente».
Desde hace dos o tres meses, los alcaldes de esta zona avisaron ya que había que «consumir agua con cabeza y no malgastar en riego de jardines, huertos o lavado de coches, y no destinarlo más que a lo necesario», apunta el presidente de esta mancomunidad, que señala que «afortunadamente, no ha habido que llevar a cabo restricciones».
La amenaza de quedarse sin abastecimiento alcanzaba en un principio al pueblo del que él es regidor, San Martín de Pusa, además de Santa Ana de Pusa, Retamoso de la Jara y Villarejo de Montalbán, pero el presidente de la mancomunidad amplía la repercusión también a Los Navalmorales, el municipio más habitado de la comarca de La Jara, con unos 2.200 vecinos. Otras cinco localidades del colectivo -La Pueblanueva, Torrecilla de la Jara, Malpica de Tajo, San Bartolomé de las Abiertas y Espinoso del Rey- disponen, en principio, de fuentes alternativas con sus propias captaciones de agua.
Con la presa del río Pusa a menos del 15% de su capacidad, la mancomunidad preveía el final del suministro de agua para el día 18 de noviembre. Sin embargo, se llegó a un acuerdo de última hora, justo el día anterior, con un propietario de dos pozos en Los Navalmorales cerca de la propia red de abastecimiento. Alberto Lucero explica que se ha pactado un pequeño alquiler de esas dos captaciones del que se haría cargo la mancomunidad, mientras que el Gobierno autonómico, a través de Infraestructuras del Agua de Castilla-La Mancha, se encargaría de hacer las obras necesarias para hacer el enganche.
Las obras para enganchar las captaciones de agua del propietario de los dos pozos de Los Navalmorales a la red de suministro de la Mancomunidad del Río Pusa, adelanta el presidente de esta organización, «deberían estar finalizadas para la próxima semana porque no es gran cosa y tan solo faltarían los últimos trámites de concesión de terrenos y solicitud de obra de emergencia».
«Esto es una alternativa, que responde a una situación límite. Pero, si no se da una solución definitiva, volverá a suceder», alerta el también alcalde de San Martín de Pusa, que habla de que la Junta de Comunidades tenía previsto hace dos años realizar una obra que «habría ahorrado bastante agua». Ahora mismo, tal y como indica Lucero, las captaciones con las que cuentan están a kilómetro y medio más abajo del embalse, por lo que están soltando constantemente agua para que ese lugar no se quede seco, y la idea es hacer el enganche en la misma presa para que «no se desperdicie agua» o abastecerse del embalse de Picadas.
No hay más que fijarse en los últimos datos de esta semana del agua acumulada en los embalses de Castilla-La Mancha para darse cuenta de las dificultades que atraviesan otras mancomunidades, con imágenes jamás vistas en muchas de ellos, siendo las provincias de Ciudad Real y Guadalajara las más afectadas. Según la cifra recogida por el Ministerio para la Transición Ecológica y por las confederaciones hidrográficas de los ríos que atraviesan la región, el agua embalsada en los pantanos castellanomanchegos era de 1.755 hectómetros cúbicos el pasado martes, lo que supone que están al 30,24% de su capacidad total, que es de 5.803 hectómetros cúbicos.
Así pues, a pesar de haber llovido de manera intermitente en los últimos días, el incremento ha sido muy ligero, puesto que, con respecto a la semana anterior, tan solo han subido en 4 hectómetros cúbicos, un 0,07% más. La decepción es aún mayor si se comparan los números actuales con los del año pasado, cuando los embalses de Castilla-La Mancha acumulaban 2.056 hectómetros cúbicos y estaban al 35,43% de su capacidad. Las cifras evidencian que en 2022 hay un 5% menos de agua embalsada.
Especialmente llamativa, como siempre, es la situación de los embalses de la cabecera del Tajo, Entrepeñas y Buendía, afectados por la derivación de agua al Levante y que esta semana han seguido perdiendo 0,7 hectómetros cúbicos, pese a las últimas precipitaciones. Todo ello, cuando el pasado miércoles se volvió a autorizar un nuevo trasvase de 7,5 hectómetos cúbicos para el mes de noviembre a través del acueducto Tajo-Segura. El citado trasvase se destinará exclusivamente a abastecimiento urbano, no podrá utilizarse en regadío, según se especificaba en la orden publicada en el Boletín Oficial del Estado.
Las cifras hablan por sí solas, puesto que actualmente los pantanos de cabecera del Tajo almacenan un total de 472,92, lo que supone el 18,78% de su capacidad -que asciende a 2.518 hectómetros-, según los datos aportados por la Confederación Hidrográfica del Tajo. El de Entrepeñas ha perdido 1,10 hectómetros en los últimos siete días y almacena 209,15 de los 813 que puede embalsar; mientras que Buendía ha recuperado 0,4 y almacena 263,77, de los 1.705 hectómetros cúbicos que puede contener.
Pese a todas estas situaciones, el Gobierno de Castilla-La Mancha no está estudiando de momento medidas ante la sequía, tal y como informó este miércoles la portavoz de la Junta, Blanca Fernández. «No hemos deliberado como conjunto la posibilidad de tomar restricciones», manifestó Fernández, puntualizando que cualquier medida se tomaría de forma específica dependiendo de la situación local.
«Tengan en cuenta que el tema es muy heterogéneo porque hay mancomunidades que no dependen de ninguna manera de la Junta y hay otras que dependen de aguas de Castilla-La Mancha», señaló Blanca Fernández. «Por tanto, dependiendo del nivel que tenga cada pantano, entiendo que se irá midiendo la evolución y se irán tomando decisiones. En este momento no ha habido ninguna reflexión general para ver restricciones», concluyó.
Mientras tanto, todo el mundo en Castilla-La Mancha, aparte de seguir haciendo uso del agua de los pantanos más cercanos, sigue mirando al cielo para ver si las lluvias comienzan a llenar un poco esos embalses. Si no, siempre quedará la opción de sacar en procesión al santo o a la virgen de turno para que el líquido elemento riegue los campos y los pueblos de la geografía castellanomanchega por fin.
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