El oscuro negocio de las angulas vivas: detenido por traficar y comerciar ilegalmente con 170 kilos en Guadalajara
Un conductor chino se delató al ponerse nervioso cuando vio a dos guardias civiles en una estación de servicio de la autovía A-2. «La clave es que lleguen vivas a China», afirma el jefe del Seprona en Guadalajara
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Una de las cajas incautadas con angulas vivas
Se puso nervioso al ver a los dos guardias civiles y fue su perdición. La patrulla de Seguridad Ciudadana de Cifuentes (Guadalajara) le pidió que abriera la furgoneta de alquiler que conducía y, entre cajas de ropa usada, encontraron algo inesperado: varias neveras de corcho ... blanco con 170 kilos de angulas vivas, una especie protegida de la fauna silvestre. El conductor, de nacionalidad china, dio la callada por respuesta y no acreditó el origen de la mercancía.
La escena ocurrió el domingo 3 de diciembre por la tarde en la estación de servicio del kilómetro 125 de la autovía A-2. Fue detenido como presunto autor de dos delitos: tráfico y comercio ilegal de especies protegidas de fauna silvestre, además de contrabando.
El conductor no dijo adónde las llevaba, pero uno escucha al teniente Luis Solanas, jefe del Seprona en Guadalajara, y se puede hacer una idea: «Las mafias chinas que se dedican a esto llevan instaladas en España bastantes años, y para ellas la clave es que las angulas, el alevín de la anguila europea o común, lleguen vivas a China. Porque estas angulas no se van a consumir en España en una mesa en Nochebuena o en Navidad».
El oficial explica el método que emplean: «Pescan o compran a pescadores ilegales en España, principalmente en la cornisa cantábrica y el delta del Ebro; en Portugal o en Francia, que son los únicos países donde hay angulas porque es una especie muy difícil de capturar». Luego las meten en neveras de corchopán refrigeradas en las que inyectan oxígeno para enviarlas por avión o en barco hasta Asia, si logran pasar los controles aduaneros.
«La clave es que lleguen vivas hasta China», insiste el teniente, «y allí las crían y las hacen anguilas grandes. Una vez que han pasado años, las filetean y las venden». Entonces se elabora, por ejemplo, el famoso kabayaki: pescado fileteado, sin espinas y mojado en una salsa dulce con soja que luego se hace a la parrilla.
«La gracia de todo esto», continúa el oficial, «es que a veces nos vuelven a enviar las angulas desde China a Europa, donde están protegidas y de donde no deben salir porque sus poblaciones están muy amenazadas. Se pueden consumir dentro de la Unión Europea y pescar en unas cuotas muy pequeñas, pero se prohíbe su comercio exterior».
La especie de anguila europea sufre de forma directa el furtivismo en territorio nacional y el tráfico ilegal a través de puertos, aeropuertos y vías de comunicación. El drástico descenso de sus poblaciones llevó a la especie a una situación cercana a la extinción en 2009.
Entonces esta especie fue incluida en el Convenio CITES, relativo a la protección de especies de flora y fauna mediante el control de su comercio. Y se adoptó otra medida drástica: para la exportación e importación desde la UE con terceros países se estableció la denominada «cuota cero», que prohíbe ambas acciones.
En Asia tienen la anguila rostrata o americana, «pero tienen muy pocas». «Por eso se las llevan desde Europa, mezcladas con otros pescados frescos, pero con mucha sofisticación porque tienen que llegar vivas allí», recalca Solanas.
Sin embargo, en Cifuentes el conductor se dio de bruces con dos agentes. Luego el Seprona tomó muestras de las angulas incautadas y las remitió al laboratorio central del Servicio de Criminalística de la Guardia Civil para determinar si se trataba de la especie europea o común, como así se constató.
A pesar de ser domingo, todo se gestionó rápidamente porque primaba que las angulas no murieran y había que reintegrarlas de nuevo en el medio natural cuanto antes. A primera hora de la mañana siguiente, con la autorización de la titular del Juzgado de Instrucción número 1 de Sigüenza, técnicos del Ministerio de Transición Ecológica llegaron a las dependencias de la Guardia Civil y se llevaron la mercancía con destino al delta del Ebro.
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