«Es deprimente; sólo hay una patrulla de la Guardia Civil para ocho o diez pueblos»

El pasado jueves, la delegada del Gobierno de España en la región, Milagros Tolón, y el general jefe de la Zona, Francisco Javier Cortés Méndez, les dieron la bienvenida en un acto oficial en la Comandancia de Toledo. Pero qué hay detrás de esa cifra y cuántos guardias civiles «profesionales, no en prácticas», puntualizan desde las asociaciones, necesita la comunidad autónoma.

Sobre los guardias alumnos, desde Jucil aseguran que muchos están trabajando sin el equipamiento completo ni la formación apropiada. «Aunque son gente académicamente muy bien preparada, no tienen la formación para trabajar en la calle», afirma Pedro Rodríguez, secretario provincial en Toledo. «Esa cifra de 129 guardias eventuales es un tapajuntas. Estarán nueve meses y luego se irán. Lo que están haciendo es poner un parche, aprovechando el periodo de prácticas para tapar huecos de personal que no hay», continúa.

Rodríguez añade que hay una necesidad de guardias «muy importante», pero al alumno en prácticas «tienes que formarlo. No sacarlo a la calle como si fuera un guardia profesional». Desde su punto de vista, deberían empezar en una unidad de atención al ciudadano o similar, «aprendiendo a hacer diligencias, a hacer una detención o una investigación de una persona, además de manejar con soltura el sistema informático». Luego, tres meses trabajando en la calle, «siempre con una persona veterana al lado», y otros tres meses más en una unidad «más técnica», como Policía Judicial, para realizar reseñas, elaborando informes o inspecciones oculares.

«De esta manera, esa formación sería provechosa para el guardia en prácticas y para la propia institución. Sin embargo, usamos su periodo de prácticas para tapar huecos, con un parche que no lo cubre, y para que la delegada del Gobierno se pueda tirar la foto», critica el secretario provincial de Jucil, quien estuvo el jueves en la presentación de los alumnos en Toledo.

«De patrulla en la calle hay muy poco personal», aseveran desde la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC). Cifra en 700 los guardias civiles «profesionales, no en prácticas», que se necesitan en las cinco provincias de Castilla-La Mancha. Reivindican agentes que estén en su destino un mínimo de dos años e insisten: «Un guardia alumno está cogido con alfileres; en realidad no es profesional porque no ha superado el periodo académico. Si comete un fallo, pueden ponerlo directamente de patitas en la calle».

Desde la AUGC no pueden precisar el número de funcionarios que además han pasado a retiro o jubilado en lo que va de año, porque muchos de ellos siguen en activo. «Se reenganchan a partir de los 56 años y hasta los 65, que es la edad obligatoria de jubilación de los guardias civiles. ¿Por qué? De estar retirado a seguir en activo hay una pérdida retributiva mensual de unos 600 euros como mínimo», responden.

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En la Asociación de la Escala de Suboficiales de la Guardia Civil (Asesgc) ponen el foco en las unidades de Seguridad Ciudadana. «Es decir, los puestos, que han visto mermadas sus plantillas a lo largo de los años. Esto ha hecho que las localidades tengan acuartelamientos cerrados, salvo algún día a la semana», describen. «Los vecinos deben de tener los acuartelamientos como referencia de atención al ciudadano, con lo que se cumplirá la premisa de que todos los ciudadanos tienen el derecho a tener una seguridad efectiva vivan donde vivan, y creando una seguridad subjetiva inmejorable», reivindican.

Desde la Asesgc están convencidos de que los alumnos deben cursar sus prácticas en esas unidades de Seguridad Ciudadana, «y es algo que se ha hecho bien esta vez». «Porque esto hará que sus conocimientos se complementen eficazmente con la parte teórica que han recibido» en la Academia de Guardias con sede en Baeza (Jaén) y en el Colegio de Guardias Jóvenes Duque de Ahumada, ubicado en la localidad madrileña de Valdemoro.

También subrayan que esos alumnos han venido a cubrir los huecos que han dejado los agentes que han salido destinados a distintas especiales y unidades, lo que es un «refuerzo significativo a la merma de efectivos».

Julio Rodríguez, delegado de la Asociación Española de Guardias Civiles (AEGC) en Toledo, se centra en esta provincia, donde hay unas necesidades importantes de personal que no se van a cubrir con los 77 agentes que han llegado en periodo de prácticas. «Por lo menos hacen falta unos 200 agentes profesionales y hay que cubrir unas extensiones de demarcación muy grandes», asevera.

Por ejemplo, solamente dos agentes, «a veces cuatro», de un puesto principal que patrullan por media docena de pueblos y una población global de 40.000 habitantes. A esto se une que «muchos puestos pequeños» abren solamente dos o tres días a la semana durante cinco horas por la mañana. «Y también hay graves carencias en las especialidades, como sucede en el Seprona, que sufrirá una reestructuración de unidades a la baja», critica Rodríguez, quien se acuerda igualmente de los agentes de Tráfico: «Hay guardias de Seguridad Ciudadana que a veces tienen que realizar sus funciones también por la falta de personal».