Los daños colaterales de la viruela ovina para el queso manchego

La Denominación de Origen (DO) Queso Manchego cerró el año 2022 con un crecimiento gradual de en torno a un 2 o 3% y con 88 millones de litros de leche de oveja, lo que se traduce en 18 millones de kilogramos de queso manchego y con un valor de mercado de más de 220 millones de euros. «Son unas cifras muy buenas», reconoce el presidente del Consejo Regulador de la DO, Antonio Martínez, que habla de unos datos de exportación del 70%, siendo Estados Unidos el principal consumidor de este producto frente a los países de nuestro entorno, mientras que el 30% restante se queda en España.

Sin embargo, aunque la situación puede parecer buena, pues a nivel de ventas y de producción lo es, Martínez informa de que, pese a la gran demanda, no pueden abastecer a todo el mercado por falta de materia prima. «Calculamos que podríamos llegar a 100 millones de litros de oveja, lo que serían más de 20 millones de kilos de queso, pero nos encontramos con que no podemos llegar a esas cifras. Es decir, no hay suficiente leche de oveja de pura raza manchega que paste en La Mancha o en el entorno de esta comarca y que el producto sea elaborado por queserías certificadas», explica.

Su principal preocupación a lo largo de los últimos años es cómo aumentar la producción de leche de oveja manchega, ya que hay una gran diferencia entre oferta y demanda en el sector. Para intentar solucionarlo, desde el CRDO Queso Manchego han intentado de impulsar una serie de propuestas, junto con la Consejería de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, como es el desarrollo de escuelas de pastores o incentivar nuevas vocaciones dentro de este oficio.

«En todo ello estábamos trabajando -cuenta a ABC- hasta que ha llegado la epidemia de la viruela ovina, que está afectando de lleno a explotaciones de ganadería ovina de una de las zonas más emblemáticas para la raza de oveja manchega, como son las de municipios de San Clemente, La Alberca de Záncara, en la provincia de Cuenca».

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De momento, se han sacrificado unas 40.000 ovejas, de las cuales en torno a 15.000 son de pura raza manchega afectadas por el virus, que estaban destinadas a la elaboración de queso. Por esta situación, desde la DO Queso Manchego estiman que va a perder entre 3 y 5 millones de litros de producción de leche. «Si eso se suma a que ya teníamos un déficit de entre 10 y 12 millones de litros de leche de oveja manchega, el problema se hace aún más grande», se lamenta.

Más allá de estos problemas a corto plazo, que se podrían ir solucionando, se encuentran con la afección mayor que atañe la cabaña de oveja manchega. Antonio Martínez advierte: «Si la epidemia de viruela ovina se generaliza y acaba afectando a más explotaciones ganaderas, posiblemente nos veríamos abocados a la desaparición de la misma raza y, consecuentemente, el queso manchego».

Para evitar que eso ocurra, tanto la Administración regional, mediante la Consejería de Agricultura, como la Asociación Nacional de Criadores de Ganado Ovino Selecto de raza Manchega (Agrama) cuentan con un banco seminal de ovejas manchega de unas 40 especies repartidas por varios laboratorios de España, lo que supone una salvaguarda en caso de que se produjera una catástrofe.

En cualquier caso, el presidente del CRDO Queso Manchego quiere dejar claro que la viruela ovina no entraña ningún peligro para el consumo humano, es decir, no hay riesgo de zoonosis al comer cordero o queso manchego, pero conlleva una alta mortalidad entre los animales afectados por el virus.

La viruela ovina es una enfermedad que pocos recordaban en España, puesto que el país estaba libre de la misma desde 1968. Según los expertos, lo más normal es que este tipo de virus llegue a un país mediante el transporte de un animal vivo infectado, pero en este caso, si ha sido así, habría sido un movimiento ilegal. El problema es que, aunque menos probable, el contagio puede producirse por otras vías, por ejemplo, a través de la entrada de materiales contaminados o por compartir sistemas de transporte.

La portavoz del Gobierno de Castilla-La Mancha, Blanca Fernández, confirmaba el pasado miércoles que no había nuevos focos de viruela desde que se inmovilizó al ganado ovino y caprino la semana anterior. Así, aseguró que de las pruebas remitidas al laboratorio de referencia de la Comunidad de Madrid, adonde llegaron más de 50 análisis, todas han dado negativo.

El último foco del que se tiene constancia fue el detectado en una gran explotación de ganado ovino en el municipio ciudadrealeño de Alcázar de San Juan. «Por lo tanto, estamos moderadamente satisfechos, aunque sin echar las campanas al vuelo», manifestó Blanca Fernández, que entiende que «la inmovilización es una decisión muy dura y difícil que puede provocar pérdidas a las explotaciones ganaderas de Castilla-La Mancha, pero muchas más pérdidas provocaría un contagio extendido de esta enfermedad».

«Si las cosas van bien, el confinamiento se podrá levantar, incluso antes de lo que teníamos pensado, aunque no les puedo decir ninguna fecha porque hay que seguir viendo la evolución de las analíticas que se van a seguir haciendo», adelantó la portavoz del Gobierno autonómico

«Yo creo las medidas que se tomaron el 7 de febrero han sido acertadas», afirma el presidente del CRDO Queso Manchego. En su opinión, «posiblemente se podían haber adoptado antes, pero hay que entender que este virus estaba desaparecido de España desde hace 50 años y, además, la enfermedad no tiene los mismos síntomas ni el tiempo de incubación que entonces».

«La movilidad del ganado en zonas de La Mancha, como donde se han detectado focos, es muy grande, y hasta ahora no había evidencias del peligro que conllevaba la expansión de la viruela ovina, pero ahora lo importante es cumplir con las medidas de aislamiento o confinamiento de las ovejas para evitar males mayores. Esperemos que de aquí a corto o medio plazo se pueden empezar a levantar esas medidas y olvidarnos de esta pesadilla para volver a la normalidad», concluye.