Bibliobuses: 50 años saliendo en bus en busca de nuevos lectores

Así lo recuerda el jefe de la sección del Libro, Archivos y Bibliotecas en Albacete, José Javier Rosas Sánchez, que remarca que este servicio ha estado funcionando ininterrumpidamente durante todos estos años -incluidos los años de la pandemia-, llegando a zonas y lugares donde no se tienen apenas alternativas culturales y la lectura se convierte en la única actividad de ocio que se tiene en aquellas localidades de la España vaciada.

Castilla-La Mancha es una de las pocas comunidades autónomas que ha regulado, en su Ley de Bibliotecas, la obligatoriedad de prestar servicios bibliotecarios móviles en los pueblos de entre 300 y 1.000 habitantes que no cuentan con una biblioteca pública, aunque en realidad se acude a cualquier municipio, incluso de menor población.

El primer bibliobús de Castilla-La Mancha se puso en marcha, en 1972, en la provincia de Albacete y al año siguiente, se pusieron en marcha dos bibliobuses en la provincia de Toledo. Ya en 1974, en esta provincia se consiguió el objetivo de llegar al cien por cien de la población, recuerda el funcionario.

El responsable del Libro, Archivos y Biblioteca señala que desde los primeros años 90 del siglo pasado, la paulatina creación de bibliotecas públicas municipales en toda la región hizo que consecuentemente el número de servicios móviles se fuera reduciendo, repercutiendo también en la red.

Así, por ejemplo, hoy existen tres bibliobuses en la provincia de Toledo herederos de los siete que llegaron a existir en los primeros años 80, cuando como consecuencia también de las malas comunicaciones, hacían incluso rutas semanales en las que tanto conductor como bibliotecario pernoctaban en los municipios que visitaban. Actualmente, las rutas de los bibliobuses siempre vuelven a sus respectivas sedes. Salen de lunes a jueves desde las 8.00 a las 14.30 horas, y en ruta realizan hasta tres paradas en los pueblos de la zona.

Destaca especialmente el servicio que ofrece -por las dificultades climáticas, orográficas y de gestión-, el autobús que con sede en Molina de Aragón, atiende a los habitantes de toda la comarca del Alto Tajo.

Repite que este servicio es fundamental para todos los habitantes y reclama que las autoridades inviertan más, se doten de más recursos, más fondos y personal para poder garantizar una atención de calidad.

Javier Rosas reconoce que el bibliobús es un servicio muy personalizado, que se ajusta a las necesidades de los usuarios de las localidades a donde llega, siendo un referente de la vida cultural de las mismas. «El bibliobús es más que un bus lleno de recursos del libro. Es una fuente de inspiración y de cultura para promover la lectura».

Explica que en la actualidad son ocho los bibliobuses que prestan servicio en toda Castilla-La Mancha, de los cuales uno lo hace en la provincia de Albacete, dos en Cuenca, dos en la de Guadalajara, y tres en Toledo.

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Estos bibliobuses realizan un total de 99 rutas que llegan a 293 localidades de las provincias, que albergan a una población que ronda las 90.000 personas. El equipo encargado de atender a los lectores está compuesta por un técnico, un conductor y un técnico de bibliotecas.

Además, este equipo recibe el apoyo de dos personas que se encargan de la catalogación de los fondos que deben transportar estos autobuses, para que la colección esté siempre actualizada.

José Javier Rosas explica que cada uno de los autobuses lleva una colección de 5.000 volúmenes entre libros, revistas y soportes multimedia, que se complementa con una conexión de internet que permite a los usuarios realizar diversas consultas.

«Intentamos siempre ofrecer un servicio de calidad a los usuarios», afirma el funcionario, que recuerda que durante la pandemia se puso en marcha el programa 'Pide y recibe', con el que las personas piden un libro y se les envía de forma gratuita, vía postal, pudiendo devolverlo de la misma forma. También tienen la opción de dejarlo en el bibliobús, lo que les ha permitido estar presentes en todas las localidades a las que atienden.

Con este programa -confiesa- atienden las 24 horas al día. «Lo que pretendemos es crear un vínculo con el usuario, ya sea por teléfono o a través de las actividades culturales», dice José Javier Sánchez, para incidir en que la programación está dirigida a todo tipo de población (mayores, jóvenes, dispacitados y niños) e incluyen, por ejemplo, cuentacuentos, clubes de lectura en ruta, títeres para los escolares, entre otros. «Lo que intentamos es llenar esta España vaciada de contenido y de libros», remarca.

El apoyo social a este servicio queda demostrado en Castilla-La Mancha en las cifras que recogen las últimas estadísticas. Durante el año 2021 se inscribieron 16.414 personas, quienes pudieron acceder a los fondos de toda la red regional. Se realizaron 35.000 visitas y se hicieron 42.278 préstamos.

«Estamos muy apegados a la sensibilidad de los ciudadanos y prueba de ello es que contamos con una estantería violeta, cuyo fondo tiene que ver con la temática de género y la violencia machista», repite. «Es un tema que está en nuestro día a día», concluye José Javier Sánchez, que no duda en reiterar que la puesta en marcha de este servicio ha servido para unir a los habitantes de la España vaciada.