El acusado del triple crimen de Chiloeches: «Recibí un golpe y le di con la bayoneta a todo lo que se movía o gritaba»
Reconoce que el plan era robar para conseguir dinero y objetos de valor para pagar sus deudas con las drogas
Triple crimen de Chiloeches: el padre recibió 29 puñaladas; la madre, 14 y la hija fue degollada
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Iniciar sesiónEn la primera sesión del juicio por el triple crimen de Chiloeches, donde murieron el matrimonio Villar Fernández y su hija Laura en la madrugada del 13 de abril de 2014 en Chiloeches (Guadalajara), el abogado defensor de Fernando P. S., José María de ... Pablo, sorprendió al jurado popular con una declaración tajante: «Voy a ser honesto. Mi cliente es culpable y no me voy a oponer a que le condenen. Ustedes le condenarán y deben condenarle porque es culpable. El problema es que se le pide una condena superior a la que le corresponde».
Con este alegato inicial, el letrado dejó clara la estrategia de defensa, centrada no en negar los hechos, sino en discutir la calificación y la proporcionalidad de la pena solicitada. Expuso que los tres asesinatos no se cometieron con alevosía, solo el de Elvira y Laura, ya que en el caso de Ángel, el padre de familia fue quien inició el enfrentamiento. También reconoció que su cliente había tomado drogas y por último, mostró su intención de «reparar el daño» al haber aportado 20.000 euros a Yeray, al único superviviente.
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En esta misma línea, sin sorpresas se desarrolló la declaración del principal encausado.
El procesado, que respondió únicamente a su defensa y al jurado, relató que consumía cocaína «casi todos los días» y que la mezclaba «habitualmente» con alcohol, éxtasis, metanfetamina y tusi. La tarde antes de los hechos, el 12 de abril, estuvo en casa de su abuela consumiendo alcohol y drogas junto a una mujer llamada Windy, con quien mantenía «encuentros esporádicos para consumir y mantener relaciones». Posteriormente, acudieron a un bar donde él tenía una deuda pendiente y continuaron bebiendo cerveza y consumiendo cocaína.
El autor material del crimen explicó que, bajo los efectos de múltiples sustancias, barajó junto a David, otro de los acusados, distintos planes delictivos durante la tarde: entrar en un piso mediante una escalera, robar en un cajero e incluso realizar un «vuelco» a un traficante. Pero tras fracasar esos intentos, decidieron dirigirse al chalet de Chiloeches, donde aprovechó para «apartar» a Christian, tercer encausado, en la decisión del robo: «Le robamos el plan pero yo actué solo».
En su relato, añadió también que él fue quien condujo el vehículo durante todo el trayecto, donde iba acompañado por David. «Metí el hocico en una bolsa de cocaína y David se marchó de allí con el coche», detalló.
«Estaba muy drogado»
En un primer momento, narró, se equivocó de casa porque estaba «muy drogado». Declaró que pensaba que la vivienda estaba vacía, ya que «no había coches ni luces» y se metió en la casa con una bayoneta que «habitualmente» llevaba.
Una vez en el interior, subió a la planta superior, donde me dí un golpe y al hacer ruido, «de manera sorpresiva, me vino un golpe, un empujón, me fui contra el cristal y en ese momento, le di [con la bayoneta] a todo lo que se movía y gritaba», reconociendo así ser el autor de las tres muertes.
Al ser preguntado cómo pudo matar a un hombre de mayor complexión, respondió que estaba «histérico, loquísimo», completamente alterado por el consumo de drogas, y aseguró que, de haber estado sobrio, «no hubiese sido capaz».
También admitió que prendió fuego a la vivienda, aunque no recordó de qué manera lo hizo, afirmando que lo deduce porque era la única persona dentro. Contó incluso que, mientras la casa ardía, él continuó rebuscando objetos para robar. En su huida perdió parte de lo sustraído, incluido su teléfono móvil que cayó en la cama del matrimonio.
A preguntas de su abogado, insistió en que no tenía intención de matar, sino de robar para conseguir dinero con el que pagar sus deudas por drogas y mantener su consumo. «En ese momento hubiese sido capaz de cualquier cosa para obtener dinero», reconoció.
Finalmente, mostró su arrepentimiento y pidió perdón a Yeray y a los otros dos acusados.
«Le tenía miedo y respeto»
Los otros dos acusados, considerados «cooperadores necesarios» para el robo, también se sentaron ayer en el banquillo. Christian, quien mantuvo con Laura una relación de un año y medio, afirmó que él nunca propuso a Fernando cometer un robo en la casa de su pareja y aseguró que el día de los hechos él estaba en su domicilio, afirmando que él le tenía «respeto y miedo» cuando consumía drogas y «le daba largas».
Por su parte, David, primo de Christian, que también declaró como acusado de colaborar en este triple crimen, contestó a todas las partes, relatando que Fernando esa noche «estaba raro» y solo se limitó a llevarlo hasta la urbanización tras consumir ambos drogas y alcohol. «El plan era explorar la zona, no robar en la vivienda», declaró. Además negó que Christian nunca había contado que en la vivienda hubiese joyas ni dinero.
El lunes tendrán lugar las conclusiones finales y también la última palabra de los acusados.
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