Sin rastro de los clientes del burdel de Alcázar de San Juan, foco de un brote de coronavirus

Nada más detectarse el primer caso, el Ayuntamiento de Alcázar de San Juan procedió al cierre del local y, al hacer el rastreo, hubo otros seis contagios entre sus compañeras, mientras que otras tres dieron negativo en la prueba PCR. Tirando más del hilo, llegaron a cinco convivientes que habían contraído la enfermedad. En total, 12 positivos a los que se han sumado cuatro contactos en seguimiento, también de su entorno personal.

Por el momento, tal y como indican desde el Ejecutivo castellanomanchego, las chicas se encuentran aisladas. Sin embargo, la alarma radica en la dificultad que va a haber a la hora de rastrear a los posibles contagiados. De hecho, sigue sin saberse el número exacto de casos positivos por este brote detectado en este municipio de más de 30.000 habitantes de La Mancha ciudadrealeña, ya que aún no se ha podido contabilizar la cantidad de clientes que han tenido contacto con las mujeres del local.

Es por ello que las autoridades sanitarias hacen un llamamiento para que todos esos hombres que han pasado por el club de alterne «Las Palmeras» o han tenido contacto con algunas de las chicas actuén con responsabilidad y acudan a sus centros de salud o al hospital para que se les pueda hacer una prueba que determine si están contagiados de coronavirus y así controlar el brote. «Sus datos serán confidenciales y no saldrán a la luz», afirman desde el Gobierno de Castilla-La Mancha para animarles a dar el paso.

No hay que olvidar que Alcázar de San Juan fue además uno de los puntos donde más impacto tuvo la pandemia de Covid-19 durante la primera oleada, ya que el Hospital Mancha Centro fue el que atendió a efermos de otras localidades de la comarca tan afectadas, como fue el caso de Tomelloso.

Para más inri, para esta noche hay organizada una fiesta conocida como «La Purga» en una de las discotecas de la localidad, «La Isla», que bajo el lema «Sólo quedarán los más fiesteros», convoca a los jóvenes alcazareños para que disfruten de una última noche antes de que se apruebe la regulación de los locales del ocio nocturno.