‘Las Caras’ de Calzada de Calatrava serán declaradas Bien de Interés Cultural

El juego de ‘Las Caras’ forma parte de la Ruta de la Pasión Calatrava, una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional «donde los vecinos y vecinas de diez municipios de esta comarca hacen aflorar la tradición, la cultura y el sentimiento religioso de la Semana Santa». Muñoz añadió que son actividades «que están íntimamente ligadas a las raíces de nuestros pueblos y que, además, sirven también como focos de atracción turística, lo que conlleva la creación de empleo y de riqueza en estas zonas».

‘Las Caras’ es un juego de azar en el que se utilizan dos monedas de cobre de la época de Alfonso XII . Sobre su origen, hay varias hipótesis. Una es que se remonta al primer Viernes Santo, pues los romanos despojaron a Jesús de sus vestiduras y se las jugaron a los dados. Una segunda es que Judas se jugó las 30 monedas con las que entregó a Cristo y la tercera es que los romanos pagaron monedas por la túnica de Jesús, que habría sido subastada, de ahí que solo se juegue en estas fechas.

Su desarrollo es sencillo. Hay una persona que tiene la banca, alrededor de la cual se colocan los apostantes. Estos reciben el nombre de puntos, no existiendo más límites para las apuestas que el fondo del que disponga la banca que, situada en el medio del círculo, cubre las apuestas depositadas en el suelo. El baratero es quien organiza y cuida que el juego se haga con normalidad.

Las dos monedas se lanzan al aire. Si al caer al suelo y botar salen las dos caras hacia arriba, el baratero grita: ‘¡Caras!’ y la banca recoge todo el dinero de las apuestas hechas. Si, por el contrario, después de caer y botar quedan visibles los escudos, entonces la palabra que pronuncia es: ‘¡Cruces!’ y son los puntos quienes recogen el dinero de sus respectivas apuestas, pues perdió la banca. Y también puede ocurrir que, al caer las piezas, quede cada una de lado diferente. En este caso, el ‘baratero’ vocea: ‘¡Cara y Cruz!’ y no gana nadie. Se recogen las piezas, las entrega al banquero y vuelve a empezar.