La Princesa Leonor visita Ceuta tras 18 años de ausencia de la Familia Real

La fragata fue recibida por la patrullera de la Guardia Civil proyectando a través de la megafonía el popular 'Banderita', un pasodoble convertido en himno durante la Guerra de África a principios del siglo XX. Fue una muestra de júbilo por acoger, aunque sea dentro de una parada técnica del barco, a un miembro de la Familia Real en la ciudad. A su encuentro salió también una lancha del Grupo Especial de Actividades Subacuáticas de la Guardia Civil, que había pasado la mañana revisando todas las escolleras del puerto.

En medio de fuertes medidas de seguridad, la Princesa desembarcó con sus compañeros guardamarinas, llevados todos ellos en varias furgonetas blancas del Ejército de Tierra con los cristales oscuros. Ocultos a la visión de la gente. «Es una alegría. Estamos lejos de la península y esto nos hace sentir más España», aseguraba Damián Barmón, vecino ceutí.

La comitiva pasó delante de los vecinos pegados a las vallas, con la Princesa de Asturias escoltada por la Guardia Civil. Fue al cuartel de la Legión, donde se celebraba el acto del sábado legionario. Allí es donde los móviles indiscretos de los invitados hicieron más fotografías a lo que pasaba en la grada –donde estaba la Princesa– que a lo que hacían los legionarios.

Doña Leonor no tiene prevista una agenda oficial. Su único acto con público fue una recepción ayer por la tarde a las autoridades locales en el portaaeronaves Juan Carlos I. El resto del día fue de trabajo en la nave, dentro de su formación militar, y descanso, para lo que tiene reservado un céntrico hotel.

Allí se alojará, según lo previsto, en la más absoluta discreción. «Esto recuerda que es España y que somos españoles», apuntó Carmen Nieto, cuyo hijo viaja también embarcado en la fragata. «En casa somos monárquicos y españoles. Que mi hijo pueda servir con ella es un orgullo muy grande», remarcó esta madre a la espera de abrazar a su hijo, que dijo que, en las conversaciones, su vástago siempre ha destacado que la Princesa es «muy trabajadora y una más de la tripulación».

Aún con la discreción y todo el recelo a ser retratada, la visita de la Princesa de Asturias es significativa para la ciudad. El desembarco de doña Leonor en suelo español en África es un hito. Por un lado, supone la vuelta de la Casa Real a Ceuta 18 años después. La última visita que realizó la Monarquía española fue en 2007, cuando después de 32 años de reinado Juan Carlos I y Doña Sofía visitaron la ciudad en una explosión de alegría popular. «Nosotras vimos a sus abuelos y ahora la vemos a ella», apuntaban Lourdes y Juana López, dos hermanas junto a la valla del puerto, que se levantaron temprano dispuestas a ver a doña Leonor.

«Esta visita refuerza la idea de que Ceuta es España», reafirmó Juana, a lo que su hermana apostilló: «A la Princesa se le ve buena persona y simpática». Con el deseo de verla antes de marcharse el próximo lunes para seguir con su formación en alta mar, los ceutíes recuerdan a los abuelos de la Princesa, que visitaron la ciudad como Príncipes de Asturias y volvieron como Reyes.

Con el soberano de Marruecos a solo 22 kilómetros de Ceuta, en las playas de Kabila, la visita de la Princesa de Asturias es la primera presencia de un miembro de la Casa Real en la ciudad durante el reinado de Felipe VI. Aunque sea como marinera, los caballas la acogieron como una reafirmación de la soberanía española

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