Francina Armengol, una 'imposición' del independentismo favorable para Sánchez y la Casa del Rey

Pedro Sánchez sabía lo que hacía al proponer para ese cargo a la expresidenta de las Islas Baleares, una dirigente alineada políticamente con él y que siempre le había sido leal. Esta sintonía personal y laboral, sin embargo, no era lo único importante. Eligiéndola a ella, el presidente del Gobierno también se decantó por un perfil próximo a los grupos independentistas. Esta maniobra le brindó el primer éxito de la legislatura a Sánchez, que reflejó la cohesión entre la izquierda y el independentismo, sobre todo cuando los siete diputados de Junts per Catalunya (la formación de Carles Puigdemont) votaron a Armengol, que salió elegida por mayoría absoluta.

Que Sánchez contaba con los partidos independentistas catalanes y vascos para su investidura como presidente del Gobierno no es ningún secreto. Pero aquel primer día en el Congreso de los Diputados, las concesiones a los separatistas no se hicieron esperar. De ahí que Armengol fuera un buen perfil y que desde Waterloo apostaran por ella. En la Moncloa, además, encontraron favorable esta 'imposición' de cara a la jefatura del Estado. Armengol sería también una buena interlocutora con la Casa del Rey, sobre todo para un inicio de legislatura en el que la Princesa Leonor ha tenido y seguirá teniendo mucho protagonismo. El 17 de agosto, de hecho, mientras el Congreso de los Diputados elegía a Armengol como presidenta, la Heredera de la Corona ingresaba en la Academia General Militar de Zaragoza para iniciar su formación castrense y convertirse en un futuro en la jefa de las Fuerzas Armadas.

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Al día siguiente, el Rey y Armengol se saludaron en el Palacio de la Zarzuela con el afecto y la familiaridad de quienes se conocen desde hace años, pues han mantenido reuniones por trabajo y han participado en actividades más distendidas y tranquilas.

Atrás quedaron los encuentros estivales con motivo del inicio de las vacaciones de la Familia Real en la isla de Mallorca. También algunas de las salidas culturales que Don Felipe realiza junto a Doña Letizia y sus hijas, la Princesa Leonor y la Infanta Sofía, en las que estuvieron acompañados por Armengol, como fue la visita al Monasterio de Lluc, en el corazón de la sierra Tramontana. Aquella tarde, unos minutos antes de que llegara la Familia Real, la preocupación de Armengol era que los cuatro no padecieran demasiado durante un trayecto que estaba plagado de curvas.

Aunque esta relación personal siempre ayuda, en este caso los vínculos deberían dar lo mismo. Al cabo, ella no deja de ser la presidenta del Congreso de una monarquía parlamentaria.