Felipe VI llama en Pekín a preservar el «orden mundial y la concordia»
El presidente chino Xi Jinping confía en que la relación entre paises «durará para siempre» y recurre al dicho español «quien tiene un amigo tiene un tesoro»
Los Reyes protagonizan una controvertida ofrenda floral en la plaza de Tiananmen promovida por Moncloa
Enviada especial a Pekín
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Iniciar sesiónEl suelo de mármol gris del Gran Palacio del Pueblo, en la plaza de Tiananmen, está cubierto por una gruesa moqueta de color rojo, del mismo número de pantone que la bandera de la República Popular China. Las zonas de paso y estancias principales ... están adornadas con enormes jarrones chinos y maceteros de porcelana que contienen las clásicas orquídeas rosas. Inaugurado en 1959 como parte de las diez grandes construcciones con las que se conmemoró el décimo aniversario de la llegada del régimen autoritario con Mao Zedong, aquí se celebran las sesiones del Congreso Nacional del Pueblo chino –lo equivalente a su Parlamento–, además de reuniones de alto nivel y ceremonias de Estado, como la cena de gala ofrecida por Xi Jinping y la primera dama, Peng Liyuan, a los Reyes, quienes concluirán mañana su viaje de Estado a China.
Tras los saludos a los cien invitados, antes de comenzar la cena, Don Felipe se ha dirigido al presidente Xi y al resto de comensales para destacar que «en un marco geopolítico complejo y lleno de incertidumbres, España cree imprescindible preservar un orden mundial basado en las normas, el multilateralismo y la cooperación». Como demandó en su reciente intervención en la Asamblea General de las Naciones Unidas – cuando advirtió que no debemos olvidar «las duras lecciones que nos ha dejado el siglo XX»–, el Rey ha pedido que «no abandonemos jamás, por difícil que sea, la búsqueda de la concordia».
Don Felipe ha reconocido así la importancia del papel de China a la hora de afrontar los desafíos comunes de la comunidad internacional. «En el diálogo sobre cómo afrontar los grandes retos globales, la voz y el compromiso de China tienen y tendrán una enorme importancia», ha afirmado Don Felipe. En este sentido, «mirando hacia las próximas décadas», el Rey ha destacado que «España y China aspiramos a seguir ahondando en una relación que haga especial hincapié en la innovación y la sostenibilidad».
El Monarca ha recordado también la solidez de una relación construida a lo largo de más de medio siglo, desde el establecimiento de las relaciones diplomáticas en 1973 y los sucesivos viajes de Estado de los Reyes Juan Carlos y Sofía en 1995 y 2007, así como la visita del propio Felipe VI en 2000 como Príncipe de Asturias y la de Xi Jinping a España en 2018. Una trayectoria que, según ha subrayado, «ha permitido abrir un cauce institucional y humano cada vez más intenso entre ambos países». En el marco de esta visita, ha celebrado la firma de nuevos acuerdos en materia económica, científica y universitaria, «que renuevan nuestra Asociación Estratégica Integral y refuerzan nuestra cooperación en sectores clave como la energía, la agricultura o la innovación tecnológica».
El Rey ha puesto especial énfasis en los intercambios culturales y educativos, uno de los pilares más firmes del vínculo bilateral. Ha recordado que en China se imparten estudios de español en más de un centenar de universidades y que España cuenta con dos Institutos Cervantes en Pekín y Shanghái, reflejo de «la creciente fascinación mutua entre dos pueblos con antiguas raíces y vocación de futuro».
Si el Rey ha iniciado su intervención recordando que en 1923 el escritor español Vicente Blasco Ibáñez llegó a esta tierra y «quedó fascinado con el sonido de sus lenguas milenarias», Don Felipe ha concluido sus palabras citando a la escritora española Irene Vallejo, quien, cien años después, ha recibido el prestigioso Premio de la Biblioteca Nacional de China por un hermoso ensayo sobre el origen de los libros, titulado 'El infinito en un junco'. «Cuenta ese libro que: 'desde inverosímiles distancias, los mercaderes traen de China una maravillosa novedad: el papel. Si todo sucede en su justo momento, ese nuevo material llegará a las encrucijadas de Europa a tiempo para nutrir el despegue de las imprentas que revolucionarán la cultura occidental'», ha recordado el Rey, al tiempo que ha añadido que «esas palabras nos recuerdan que muchas de las grandes revoluciones tecnológicas de la humanidad fueron posibles gracias a un caudal de sinergias, de creatividad, de cooperación, entre oriente y occidente. Un caudal que ha brotado, a menudo, de esta tierra».
Don Felipe ha invitado al matrimonio presidencial y al resto de invitados a levantar sus copas: «Brindemos juntos por China y España; y hagámoslo porque ese caudal siga alimentando nuestro futuro: en la brevedad de una vida humana y en la vasta extensión de la historia de nuestras naciones». Les ha deseado «¡salud!» en chino.
El presidente Xi, por su parte, contestó al Rey diciendo que «una amistad bien forjada borra la lejanía» y recurrió al dicho español para recordar que «quien tiene un amigo, tiene un tesoro». «Estoy convencido de que la amistad entre España y China durará para siempre», destacó.
Durante la cena se han dado varios guiños a España, tanto en el menú como en la música. El banquete ha comenzado con una sopa de pollo con mejillones, seguida de langosta frita, pato laqueado de Beijing y mero en sopa de tomates amarillos. También se ha servido arroz frito al estilo de Yangzhou, hojaldre crujiente en forma de magnolia y mousse de naranja, culminando con frutas, helado y café o té. Los vinos elegidos han sido un tinto Cabernet Sauvignon Gran Muralla 2009, de Hebei, y un blanco Chardonnay Reserva Changyu 2016, de Beijing. La velada ha estado amenizada por la Banda del Ejército Popular de Liberación de China, dirigida por Yuan Wei, que ha interpretado piezas españolas como Gallito, El baile de Luis Alonso, España cañí o el Intermezzo de Goyescas, entre melodías locales y composiciones de bienvenida.
Al finalizar la cena, los Reyes y el matrimonio presidencial se han desplazado hasta el Centro Nacional de Artes Escénicas de Pekín, donde han asistido al primero de los dos conciertos que la Orquesta Titular del Teatro Real de Madrid ofrece en China.
Dirigido por Gustavo Gimeno y con la soprano Sabina Puértolas como solista, el programa —centrado en obras de Falla, Vives, Chapí y Jiménez— ha marcado el debut de la formación española en el país asiático. La velada, con la música española como protagonista, ha simbolizado esa buena sintonía en las relaciones bilaterales a la que el Rey ha hecho referencia en su discurso y ha reflejado que los lazos culturales también son una forma de hacer diplomacia. En este caso, dio continuidad a la cooperación iniciada en 2016 entre el Teatro Real y la Liga Internacional de Teatros de la Ruta de la Seda.
Entre ecos de Zarzuela y proverbios chinos, la música ha sellado una jornada marcada por gestos diplomáticos, desde la ofrenda floral en la plaza de Tiananmen y la firma desde diez acuerdos bilaterales, hasta el lenguaje universal del arte y la cultura.
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