El Rey exige a Israel ante la ONU «detener ya la masacre» en Gaza: «Nos cuesta comprender lo que está haciendo»

El Rey, que celebró el pasado común con el pueblo judío, el orgullo español de sus «raíces sefardíes», lamentó que «nos cuesta comprender lo que el Gobierno israelí está haciendo en Gaza». Y añadió: «Por eso clamamos, imploramos, exigimos: detengan ya esta masacre. No más muertes en nombre de un pueblo tan sabio y tan antiguo, que tanto ha sufrido a lo largo de la historia».

La causa palestina, el reconocimiento de su Estado y la guerra en Gaza han capitalizado buena parte de la atención en este arranque del periodo de sesiones de la Asamblea General de la ONU, el gran cónclave de la comunidad internacional.

Felipe VI siguió, como no puede ser de otro modo, las posiciones al respecto que ha seguido el Gobierno de Pedro Sánchez, que ha convertido a la causa palestina en una de sus banderas políticas..

«No podemos guardar silencio, ni mirar hacia otro lado ante la devastación», dijo sobre los efectos de las operaciones militares de Israel en Gaza. «Son actos aberrantes que están en las antípodas de todo lo que este foro representa. Repugnan a la conciencia humana y avergüenzan al conjunto de la comunidad internacional», dijo.

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Felipe VI condó sin ambages el «execrable terrorismo de Hamás y especialmente aquella matanza brutal del 7 de octubre de 2023 contra la población de Israel». Pero «con la misma firmeza», exigió que Israel aplique el derecho internacional humanitario en toda Gaza y Cisjordania.

También defendió el reconocimiento del Estado de Palestina, que «debe ayudar a conseguir una paz regional justa y definiva». Es un paso que habían dado hasta ahora más de 140 países, al que España se sumó el año pasado y que acaban de dar países occidentales y aliados de Israel como Reino Unido, Francia, Canadá y Australia.

Pero, al contrario, que Sánchez, el Rey no mencionó en su discurso la palabra «genocidio», que el jefe del Ejecutivo ha convertido en en arma arrojadiza contra la oposición en la política doméstica.

No fue la única crisis a la que se refirió Felipe VI. También se refirió a la guerra en Ucrania «desencadenada por la agresión, no provocada e injustificable, de Rusia» y recordó que «España seguirá apoyando todos los esfuerzos encaminados a lograr una paz justa y duradera, basada en los principios internacionales».

La otra crisis en la que se centró es en la que vive el mismo foro desde el que habló, la propia ONU. La organización internacional encaraga el inicio de la Asamblea General entre la celebración —es sun 80º aniversario— y las dudas sobre su futuro.

En el podio de mármol verde desde el que habló el Rey todavía flotaba la conmoción por el discurso en la víspera del presidente de EE.UU., Donald Trump, que atacó sin descanso a la ONU, escenificó una enmienda a la totalidad al multilateralismo, defendió que quien acaba con las guerras es él y sin ayuda de la organización internacional, condenó a sus socios europeos por políticas migratorias y energéticas que «son la muerte para Europa Occidental» y acusó a la ONU de «financiar un asalto a Occidente».

«No faltan voces que preconizan el fin del multilateralismo y la obsolescencia e ineficacia de Naciones Unidas», dijo el Rey. «Ante esa impresión de desmoronamiento», añadió «es evidente que los tiempos han cambiado y debemos adaptarnos».

Pero eso, defendió, no supone dar la espalda al multilateralismo, a la cooperación internacional con la base de la Carta de las Naciones Unidas, con los pilares de «la paz, la dignidad, la igualdad, la justicia, el progreso».

«Las Naciones Unidas no solo siguen siendo útiles: son imprescindibles, son insustituibles», concluyó y, defendió, que un mundo basado en normas «es la mejor defensa que tenemos ante la ley del más fuerte».

El Rey repasó las prioridades del Gobierno de Sánchez en política exterior -inmigración, igualdad de género, medioambiente- y las cuestiones territoriales que están siempre en la agenda de nuestro país. Sobre el Sáhara Occidental, donde Sánchez cambió de forma unilateral la posición de España para alinearse con Marruecos, el Rey dijo que «España seguirá apoyando al enviado personal del secretario general de Naciones Unidas para alcanzar una solución aceptable y concorde con las normas y el marco de Naciones Unidas». Es reseñable que el único país que mencionó en su discurso para celebrar la relación bilateral fue Marruecos, con quien «en los últimos años hemos dado un nuevo impulso en beneficio de nuestros pueblos».

No faltó la mención a Gibraltar, siempre presente en los discursos de España en este escenario, donde el Rey celebró el acuerdo al respecto anunciado el pasado junio entre la Unión Europea y Reino Unido.

En el cierre, Felipe VI volvió a apelar a los problemas de la ONU, sacudida por los recortes de fondos impuestos por EE.UU., que es de largo su principal financiador. «Apelo, en estos momentos de graves tensiones presupuestarias, al compromiso de todos los estados miembros con la organización».