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El Rey, investido caballero de la Orden de la Jarretera

Pompa y circunstancia en la ceremonia celebrada en el Castillo de Windsor

El Rey, investido caballero de la Orden de la Jarretera POOL | Vídeo: EP
Almudena Martínez-Fornés

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La Reina de Inglaterra ha investido este lunes al Rey de España caballero de la Orden de la Jarretera en una ceremonia de pompa y circunstancia que se ha celebrado en el Castillo de Windsor y la Capilla de San Jorge en la que también ha sido investido el Rey de los Países Bajos y que ha reunido a la mayoría de los miembros de la Familia Real británica. En un semisoleado día británico, Don Felipe recibió los atributos de la Jarretera, una orden tan antigua y prestigiosa como el Toisón de Oro español . La primera parte de la ceremonia se ha celebrado a puerta cerrada y la Casa del Rey no ha podido confirmar si Don Felipe ha recibido, entre los demás atributos de la orden, la singular liga que simboliza esta condecoración. Tan singular es este símbolo que en el Monasterio de San Lorenzo de El Escorial hay un retrato de Felipe II con la famosa liga de la Jarretera.

La ceremonia, que empezó a las doce del mediodía, transcurrió en dos actos. Primero se celebró la investidura en el Salón del Trono del Castillo de Windsor, donde la Reina presidió el capítulo de la orden como Soberana de la misma. Isabel II , vestida con la larga capa de la Jarretera y cubierta con el sombrero de terciopelo negro con pluma de avestruz, presidió una ceremonia en la que los caballeros y las damas de la orden y el resto de los invitados se sentaron en los laterales del salón formando dos largas filas. Los asientos más próximos a Isabel II los ocuparon los Reyes Felipe y Guillermo Alejandro.

Durante la ceremonia, el Monarca español, que lucía un chaqué, fue llamado a colocarse ante la Reina para recibir los atributos de la Jarretera. Según la leyenda, el origen de esta condecoración, creada en 1348 para reconocer el valor y la lealtad , se debe a que el Rey Eduardo III estaba bailando con la condesa de Salisbury, cuando a esta dama se le cayó una liga azul y, para evitar que ella se avergonzara, el Monarca la recogió del suelo y se la puso. Por ello, el lema de la orden es: «Honi Soi Qui Mal y Pense» (averguéncese quien tenga un mal pensamiento).

La Reina de Inglaterra sí impuso al Rey el resto de los atributos por este orden: la banda azul, la insignia de la orden (que es la imagen de San Jorge), la toga (larga capa de terciopelo azul forrada en blanco con la insignia de la orden bordada), el cordón y, sobre esta, el collar de la Jarretera.

Además de los Reyes de España y de los Países Bajos, ingresaron en la orden otros dos nuevos caballeros británicos: el marqués de Salisbury, que ocupó destacados puestos en la política y descendiente de la duquesa que protagonizó la anécdota inicial de la liga, y la atleta olímpica lady Mary Elizabeth Peters .

Una vez finalizada la investidura, los caballeros se quitaron el uniforme para asistir al almuerzo que ofreció la Reina a los invitados y, por la tarde, volvieron a ponérselo para acudir a la ceremonia religiosa en la Capilla de San Jorge.

Hasta allí, los dos Reyes -de España y de los Países Bajos- fueron caminando en procesión, escoltados por seis oficiales y esa fue la primera ocasión que se pudo ver en público al Rey, sonriente, con el uniforme de la Jarretera. Don Felipe lucía la toga, el sombrero con pluma y los demás atributos de la Jarretera.

Desde una pequeña tarima cubierta, las tres Reinas -Isabel de Inglaterra, Letizia de España y Máxima de los Países Bajos- contemplaron el paso de los nuevos caballeros y accedieron al interior de la capilla. Doña Letizia escogió para la ocasión un recatado vestido blanco con pequeñas motas oscuras de la marca sevillana Cherubina y un tocado gris marengo con una flor lateral y plumas de oca. Lo más llamativo de su imagen fueron los pendientes de brillantes que pertenecieron a la Reina Victoria Eugenia, nieta de la Reina Victoria de Inglaterra y esposa de Alfonso XIII.

La procesión fue todo un espectáculo de color, tradición, música y brillo en el que participaron militares con vistosos uniformes y cascos dorados con colas de crin, que marcaron un doble cordón de honor por el que pasaron las damas y los caballeros de la Orden. Todo ello, amenizado por las bandas de música de la Guardia Granadera y de la Household Cavalry, que está integrada por los dos regimientos más antiguos del Ejército británico. Cientos de personas se acercaron a Windsor para contemplarla.

Una vez finalizada la ceremonia, los asistentes recorrerán en carruajes el camino que une la capilla con el Castillo de Windsor, donde la Reina ofrecerá un té a sus invitados , tras el cual los Reyes regresarán a Madrid.

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